‘You Were Never Really Here’ – Reseña
Salvador Medina @ayudamemalverde
Lynne Ramsay pasó seis años sin presentar un proyecto cinemotográfico nuevo. Pero You Were Never Really Here (Nunca Estarás A Salvo) es un dignísimo sucesor de la magistral We Need To Talk About Kevin.
La directora escocesa se ha caracterizado por presentar historias crudas, difíciles de digerir y con un lenguaje muy cuidado que enfatice las actuaciones. En Nunca Estarás A Salvo, Ramsay, fiel a su estilo, cuenta desde una perspectiva intimista y realista, lo que sucede cuando un veterano de guerra se encuentra en una situación imposible de sortear.
Joe (Joaquin Phoenix), es un duro e implecable investigador privado que se dedica a rescatar a mujeres jóvenes en situaciones de peligro. Trabaja con John McCleary (John Doman), quien a su vez utiliza a terceros para comunicarse con Joe.
Se trata de una persona cuidadosa. Utiliza sus “herramientas” una sola vez, compra bebidas y comida para las víctimas y planea sus rescates de manera meticulosa. Por supuesto, vive solo y de manera discreta, pese a recibir sumas considerables de dinero por su trabajo. Su punto más débil y prácticamente su único contacto con la realidad es su madre (Judith Roberts), con quien comparte un vínculo emocional poderoso, al tratarse ambos de víctimas de abuso. En su viejo hogar, Joe revive traumas de la violencia de la que ambos fueron víctimas en manos de su padre. Ahí, Joe experimenta fantasmas de su propio pasado que nos explican quién es este peculiar antihéroe.
Pero cuando el senador Alberto Votto (Alex Manette) lo contacta para rescatar a su hija, la situación se sale de las manos. Joe genera un vínculo especial con Nina (Ekaterina Samsonov), y hará hasta lo imposible por recuperarla de las manos de sus captores y desentrañar la conspiración alrededor de su desaparición.
Lynne Ramsay nos introduce en la mente de Joe a través de flashbacks a su infancia, presentándonos un retrato brutal de la violencia familiar y sus consecuencias.
Nunca Estarás a Salvo es una poderosísima película, que juega en su narrativa entre lo realista y lo onírico, y de ahí su incisiva fuerza. Joaquin Phoenix regresa a su mejor punto como actor, con una actuación honesta y desinhibida y que carga con todo el peso de la narrativa.