‘Vicio Propio’, lo nuevo de Paul Thomas Anderson
Salvador Medina @ayudamemalverde
Si existe un director estadounidense que ha logrado fusionar el surrealismo y el absurdo con la cultura popular mejor que nadie, ése es Paul Thomas Anderson. Se trata de uno de los últimos autores que tiene el cine de Hollywood y cada uno de sus proyectos es tan particular en su estilo como único en el contexto del medio.
Su más reciente esfuerzo es la primera adaptación autorizada a la obra del escritor Thomas Pynchon. Inherent Vice (Vicio Propio) sigue la historia de Doc Sportello, un drogadicto altamente funcional que hace, cuando su sanidad lo permite, de detective privado.
Un día, como una visión, reaparece en su vida Shasta, una amante cuya enigmática presencia nos atrae desde el primer cuadro. No sabemos si es la mariguana que fuma Doc o el aura de Shasta, pero la joven de ojos californianos parece flotar. Y así como llegó a su vida, desaparece de ella. Pero no sin antes dejar una pista.
Shasta se encuentra en ese momento en una relación extra marital con Michael Wolfmann, un conocido magnate de bienes raíces. Pero la esposa de Wolfmann y su amante, se acercan a Shasta con una propuesta que podría traerle grandes riquezas a cambio de ayudarlos a internarlo en un manicomio.
Cuando el rudo y conservador policía Bigfoot, una especia de némesis de Doc pero quizás la figura más constante en su vida, lo comienza a perseguir tras su inoportuna aparición en la escena de un crimen, las cosas para nuestro héroe se complican.
Vicio Propio es una exploración filosófica del contexto político y social de la cultura estadounidense y, más específicamente, del California de los años 70’. Doc debe lidiar con un contexto de corrupción policial, cárteles de la droga, cultos, prostitutas, Nazis, Panteras Negras y otros obstáculos absurdos que se interponen en su camino.
A diferencia de filmes recientes, éste es quizás el más íntimo o discreto de Paul Thomas Anderson. Pese a ello, encontramos su estilo en cada cuadro. Se trata de un filme cuyos puntos no se unen su totalidad pero que nos pintan la vida errática de Doc.
Y es que Doc vive en una niebla constante de drogas y confusión. “Cambia tu pelo, cambia tu vida”, le sugiere una amiga. Y Doc lo hace. Cambia de peinado y se ve inmiscuido en una historia que superará las expectativas y lo lanzará en búsqueda de Shasta cuando parece haber desaparecido.
Vicio Propio tiene puntos de absoluto absurdo y sin embargo, es una seria indagación de la paranoia que existía durante el gobierno de Richard Nixon, frente al contexto del Comunismo como amenaza y el fantasma de la Guerra de Vietnam en el aire.
En una particular escena, Doc se une junto a su amigo, sin mucha explicación, con un dentista, su víctima sexual en un viaje por regresarla a su hogar. Las luces de una sirena policial los interrumpe pronto.
Ellos creen que son detenidos por ir manejando erráticamente y por trasladar más drogas de las necesarias para abastecer Woodstock. Y sin embargo, todo se aclara cuando el policía les asegura que “cualquier reunión de más de tres personas puede ser considerada un culto”.
Así, Vicio Propio sigue una narrativa inusual donde la historia salta de un punto a otro. Personajes entran y salen de la vida de Doc sin mucho sentido, pero nos sirve para conocer a nuestro héroe, la verdadera cohesión de la trama.
Paul Thomas Anderson utiliza una narradora, en voz de Joanna Newsom, una confidente de Doc, que nos permite tener una vista amplia de la historia y hacer tributo a la voz poética de Pynchon en el texto original.
Caben resaltar las actuaciones de Joaquin Phoenix (Doc) y Josh Brolin (Bigfoot), que son un extraordinario contrapunto y una especie de espejos que se imitan todo el tiempo.
El director Paul Thomas Anderson recurre al celuloide como otros directores de culto. La fotografía de Robert Elswit nos permite sentir la textura de la película y pintar el sentimiento de la época. Además, Paul Thomas Anderson utilizó latas de 35 mm que había mantenido en su garaje durante quince años.
Se trata, pese a todo, de un filme extraordinariamente bien logrado pese a que en ocasiones parece alargarse en explicaciones mundanas o sin sentido. Pero tiene que ver con el ambiente de drogas y confusión en el que vive Doc. Vicio Propio es el experimento de uno de los mejores directores vivos. Y el resultado es confuso, melancólico y conmovedor.
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