‘Upgrade: Máquina Asesina’ – Reseña
Salvador Medina
Es difícil en la actualidad encontrar películas que sorprendan por contenido y ejecución. Pero Upgrade logra hacerlo, si bien usando ciertos trucos del género, lo consigue a través de la renovación de una fórmula que une lo mejor de ciertos géneros para crear un producto distinguido y visualmente notable.
Escrita y dirigida por Leigh Whannell, quien hasta ahora se había distinguido más por su trabajo frente a la cámara, Upgrade (Upgrade: Máquina Asesina) se sitúa en un cercano futuro. La labor manual ha sido prácticamente destruida por la automatización, los robots y la inteligencia artificial. El mundo ha cambiado frente a la tecnología y quienes han tardado en adaptarse se han quedado atrás.
Éste es el caso de Grey (Logan Marshall-Green) quien puede hacer cosas con sus manos en un mundo donde ya no es necesario hacerlo. Su esposa, la amable y comprensiva Asha (Melanie Vallejo), es parte de esta revolución, trabajando para una de las empresas a cargo de ella. Pero Grey desconfía del entorno y el estar a merced de los autómatas. Y su pesadilla se vuelve realidad cuando regresando de entregar uno de los pocos autos que todavía pueden manejarse, el suyo toma decisiones equivocadas y terminan volteando su vehículo.
Asha es asesinada y Grey dejado por muerto y paralizado. Una vez que recupera conciencia y regresa a casa, Grey no quiere sino la salida fácil de una vida en la que los robots hacen todo y él está atado a una silla sin poder moverse. Pero Eron (Harrison Gilbertson), un excéntrico billonario tecnológico le ofrece una opción: someterse a un procedimiento en el que STEM, una especie de chip dotado de inteligencia artificial, se insertaría en su columna y así poder caminar de nuevo.
Pero STEM hace mucho más de lo que Grey se imagina y con esa nueva herramienta, se lanza a buscar a los culpables de la muerte de su esposa.
Si bien la trama de Upgrade nos recuerda un poco a la premisa de RoboCop, y existen otros elementos que resultan al menos conocidos, Whannell crea una película completamente coherente narrativamente, que complementa humor, una historia clara y geniales secuencias de acción.
Producida por los maestros del terror moderno, el estudio Blumhouse, ciertamente tiene rasgos del género, pero se trata más bien de una llana historia de venganza en un contexto futurístico. Marshall-Green se destaca en el que es sin duda su papel más importante hasta la fecha e imprime un agradable estilo al papel.
Se trata de una ejecución prístina visualmente, que aprovecha las locaciones al máximo y las hace resaltar con una fotografía que nos coloca en un futuro bastante tangible y estético. Es sorprendente que Blumhouse continúe haciendo este tipo de producciones con menos de cinco millones de dólares. Es un modelo inexistente en Hollywood, que sólo un grupo de productores como ellos entienden y saben explotar. Es como si el trabajar con mayores restricciones, saca lo mejor de un equipo.
Upgrade es una excepción a las películas de Hollywood. Crea algo de enorme calidad con un bajo presupuesto y lo hace entreteniendo de principio a fin a seguidores y no seguidores del género.