‘Una Buena Receta’ – Reseña
Salvador Medina @ayudamemalverde
Bradley Cooper nos tiene acostumbrados a llevar el papel de chico malo en busca de la redención a la perfección. En Burnt (Una Buena Receta), el primer largometraje del director John Wells, Cooper trae a la vida a Adam Jones, un chef auto exiliado quien, tras desvainar un millón de almejas como penitencia, regresa a Londres a recuperar el lugar que perdió. Pero pronto se encuentra que el trabajo será más difícil para conseguir su meta última: lograr una tercera estrella Michelin.
Por ello, busca conjuntar a un equipo que esté a la altura de sus expectativas. “Quiero que sea como los 9 Samauri“, la película de Akira Kurosawa, comenta. Su primera parada es Tony (Daniel Brühl), el mejor Maître D’ de Europa (según el propio Adam), viejo conocido y con quien tiene una deuda pendiente. Y es que las drogas y el alcohol lo alejaron de la cocina de Jean-Luc, su mentor y figura paternal, con cuya hija conoció el abismo de la adicción.
Su equipo lo completan Michel (Omar Sy), cuyo restaurante fue cerrado tras un altercado provocado por Adam; David (Sam Keeley), un joven prodigio; Max (Riccardo Scarmacio), un excéntrico conocedor de cocina; y Helene (Sienna Miller) una chef y madre soltera que busca un proyecto a sus expectativas.
Con el dinero del padre de Tony y la sombra de un exitoso rival y viejo conocido en Reece (Matthew Rhys), Adam y su nuevo equipo se lanzan por la ambiciosa y elusiva tercera estrella Michelin, el máximo logro en el mundo culinario (como nos lo vende el guionista Steven Knight). Pero Adam tiene fantasmas que lo persiguen hasta la fecha: una importante deuda con narcotraficantes; el fantasma de su mentor y la hija que lo llevó al mundo de las drogas; y su propia arrogancia e incapacidad por trabajar en equipo.
Una Buena Receta tiene grandes elementos de drama. Además de contar con un elenco formidable, logra concretar una historia interesante aunque parezca poco original. Sin embargo, el interés por llenar de estrellas la pantalla parece un mero distractor de la historia. Emma Thompson hace una esporádica aparición como la terapeuta accidental de Adam y su doctora encargada de hacer pruebas de antidoping (una de las condiciones que puso Tony para apoyar el restaurante). Y Uma Thurman aparece de la nada como una dura crítica culinaria, algo que parece más bien un favor al productor Harvey Weinstein.
Pese a un gran diseño de producción y una fotografía más que apropiada, Wells no logra tomar por completo las riendas del proyecto. Quizás sea el material de Knight o la falta de experiencia, pero Una Buena Receta no logra elevarse de ser una película entretenida.
Quizás sea el enorme control que tiene Weinstein sobre los proyectos que financia o el hecho de que la película tenía un techo que nunca alcanzó, pero Una Buena Receta deja al espectador con un sabor de boca agridulce. Se trata de un platillo distinto, original, pero que no termina por saciar el hambre de algo más.
Burnt (Una Buena Receta) se estrena el 8 de abril en México.
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