Uber y la necesaria innovación en México

May 13 • Artículos • 5295 Views • Comments Off on Uber y la necesaria innovación en México

Salvador Medina @ayudamemalverde

Las medidas del Gobierno de la Ciudad de México contra Uber han abierto un enorme debate sobre la legislación en materia de movilidad, la auto regulación del mercado y las alternativas de transporte en una de las urbes más grandes del planeta.

Uber, fundada en 2009 por Travis Kalanick y Garrett Camp, es una aplicación para teléfonos inteligentes que pone a disposición del usuario una red de vehículos particulares. Uber funciona con sus propias tarifas y utiliza un algoritmo durante horas pico para determinar el precio que deberá pagar el usuario. El gran diferenciador de Uber es que vende un “estilo”, de ahí que se define como “el chofer privado de todos”.

Pero a diferencia de los taxis, las conductores de Uber deben sortear una serie de exámenes psicométricos, tener un vehículo 2008 en adelante, realizar examen de habilidades de manejo, examen toxicológico, carta de antecedentes no penales, entre otros requisitos, para poder operar.

Así, Uber se ha consolidado como una alternativa contra el azar y peligro que representa abordar un taxi o microbús en la Ciudad de México. Se trata, sin duda, de un servicio necesario en una urbe con problemas cada vez más marcados de movilidad.

ehc09jasj3kzhv1ybc8vTras diversas protestas por parte del gremio de taxistas, el gobierno de Miguel Ángel Mancera aseguró que perseguiría a los vehículos que operen en el modelo de Uber bajo el argumento de su ilegalidad en la ciudad. Esto provocó una molestia generalizada entre los usuarios que han encontrado en la plataforma una nueva forma de transporte que se ajusta a sus necesidades. Y es fácil entender por qué Uber ha apelado a un nuevo grupo: desde el principio, el chofer se identifica con nombre y teléfono, el rastreo a través de GPS otorga certeza y seguridad (algo impensable incluso en taxis de sitio), el pago se realiza con tarjeta de crédito y es posible facturar los viajes a través del sitio.

Escribe Andrés Lajous en Nexos que “si hoy tienen algún problema los taxis en la ciudad de México es que no podemos saber si cobran lo que deben cobrar según el viaje que hacen, y no se puede monitorear el trayecto de los taxis lo cual puede resultar útil en términos de seguridad”.

Agrega que “la competencia con escasa regulación genera formas de colusión y regulación privada que resultan peores que la regulación pública… Para pensar en cómo mejorar el servicio de taxis en la ciudad de México hay que tener un buen diagnóstico. La Secretaría de Movilidad por ley debe y debió hacer uno desde hace mucho tiempo. No parece que lo vaya a hacer pronto”.

Lajous concluye su texto proponiendo una serie de necesarias medidas que deberían ser tomadas por el Gobierno del Distrito Federal. Y ahí debe estar la conclusión: Uber expuso con pasmosa facilidad las ya evidentes fallas del sistemas de transporte público en la Ciudad de México.

En lugar de únicamente prohibir un sistema de transporte privado, el gremio de taxistas debería hacer lo posible por mejorar su propio servicio, dar certeza a los usuarios y combatir a los taxis pirata que tanto dañan a su medio.

Pero parece que quienes hablan en contra de Uber (justa o injustamente) olvidan un detalle determinante: el sistema de transporte en la Ciudad de México está a años luz de ser eficiente. Todos los días en la Ciudad de México y en el área conurbada se escuchan noticias sobre transeúntes o pasajeros que fallecen víctimas de conductores de camiones o microbuses que pelean por el pasaje.

Uber no será la solución definitiva para resolver el tema del transporte público en la ciudad, pero ciertamente constituye una gran alternativa.

En la revista Economía Informa de la Facultad de Economía de la UNAM, se disecciona el tema desde una manera legislativa y profunda. Marcos Ávalos, Profesor-investigador de la Universidad Iberoamericana y Paula Sofía, abogada por la UNAM y miembro del Departamento de Administración Pública del CIDE, exponen la manera predatoria en que Uber se ha insertado en diversos países sin tomar en cuenta la legislación existente.

En la mayoría de los casos, salvo contadas excepciones, Uber ha logrado modificar su estatus jurídico para operar en dichos países, no sin antes utilizar a sus clientes como medio de presión ante medios y gobierno (algo que sin duda está sucediendo en nuestro país).

En el caso de México, explica el artículo, lauber-taxistas legislación la legislación actual está hecha a partir de acuerdos políticos más que de una verdadera planeación inclusiva en materia de movilidad y espacio público.

Ávalos y Sofía agregan que el servicio de Uber no “entra en la categoría de un servicio particular de transporte ya que se establece con claridad que éste deberá ser ‘sin fines de lucro o carácter comercial’”, uno de los argumentos más recurridos por parte de propios y extraños.

El texto termina exponiendo que Uber y servicios similares “representan beneficios al consumidor, son innovadores y su permanencia en el contexto actual genera condiciones inequitativas entre los sujetos regulados y los no regulados”.

Los académicos concluyen que “para lograr una regulación mínima, eficiente y equilibrada y, sobre todo, una normatividad equitativa y que sea efectivamente obedecida por los sujetos regulados, se sugiere la realización de un estudio comprehensivo, multidisciplinario y plural, que analice todas las aristas del problema desde la perspectiva de cada uno de los actores involucrados”.

Así, Uber ha expuesto las enormes deficiencias legislativas y de movilidad en el Distrito Federal, una ciudad que se ha jactado de sus innovadoras medidas en favor de nuevas formas de transporte, pese a que los constantes acosos contra ciclistas son un tema sin resolver.

Existe otra consecuencia de las medidas adoptadas por el Gobierno del Distrito Federal que no se notará inmediatamente pero que seguramente impactará a mediano plazo.

¿Qué pensarán los jóvenes innovadores de este país cuando descubran que el gobierno de una ciudad combate abiertamente nuevos modelos para favorecer a un grupo que tiene impacto político? ¿Considerarán mudar sus empresas o start-up, o inclusive ni siquiera arriesgarse a crear algo, por el temor de enfrentarse a las mismas represalias?

Uber no sólo genera empleos en un país que los requiere, sino que fomenta la innovación en un país que carece de ella.

Se trata de una reflexión que tardará más tiempo en rendir frutos pero que es casi o igual de importante que la regulación de Uber y otros sistemas de transporte privado similares.

 

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