Trainwreck: Amy Schumer irrumpe en Hollywood
Salvador Medina @ayudamemalverde
Para quienes hemos seguido de cerca la carrera de Amy Schumer, su meteórico ascenso es resultado del esfuerzo de una de las mentes más frescas del cine y la televisión.
Amy, cuarto lugar en la quinta temporada del reality show Last Coming Standing, comenzó haciendo stand-up. En un mundo lleno de hombres, su voz se volvió una bocanada de aire fresco. Haciendo alusión a su físico y a su vida sexual, Amy se volvió una especie de estandarte para el feminismo.
A través de la comedia, se apropiaba de su propia sexualidad, reflexionando sobre las inseguridades de las mujeres, y haciendo ver a otras como ella, que no estaban solas. Pronto, se hizo de renombre en el masculino medio y ganó notoriedad entre propios extraños.
En sus propias palabras, hablar sobre sexo le da la oportunidad de expresarse como temas que muchos evitan. Eso no sólo le dio seguridad sino un lugar especial entre comediantes. Y ganar reputación como una mujer sin escrúpulos. Y sin miedo.
En 2013, el canal Comedy Central aprobó su programa Inside Amy Schumer, cuyo título explica mucho sobre su contenido: un pretexto para Schumer de burlarse de sí misma y de lo que observa a su alrededor.
Pronto, se consolidó como uno de los programas más originales y atrevidos de la televisión, mostrando el mejor lado de Schumer como comediante y crítica del estatus de la mujer en la sociedad norteamericana, un país que presume su progreso y equidad.
Como sucede a menudo en su comedia, Schumer se usó como la reflexión de cada chiste, para así conectar todavía más con su espectador. En su programa, toca temas tan delicados como la violación entre estudiantes y militares, el papel de la belleza como medida para las mujeres, su autoaceptación, etc.
Además, se burla de las mujeres blancas porque son, en sus propias palabras, “lo peor”. Pese a ello, ha roto los estereotipos femeninos en los medios. Y eso le hizo ganar el prestigioso Peabody Award, un reconocimiento a lo mejor en la televisión de Estados Unidos. A diferencia de otros premios, se trata de uno juzgado exclusivamente por sus contenidos y méritos. De ahí que Schumer se haya colocado también en la lista de las personas más influyentes del mundo según Time.
Bajo ese cobijo, llega Trainwreck, el primer largometraje escrito y protagonizado por Amy Schumer. Dirigida por la leyenda de la comedia, Judd Apatow, Trainwreck cuenta la historia de Amy (interpretada por la propia Schumer), una exitosa escritora en una revista para mujeres que vive como se espera de un hombre: sin preocupaciones o lazos emocionales, saltando de una relación a otra y sin interés por asentarse pronto.
Opuesta a ella es su hermana Kim (Alison Brie), cuya vida junto a su esposo a hijastro es un contrapunto a Amy. Esto no sólo provoca aprehensión en nuestra protagonista, sino también una especie de desprecio hacia ese estilo de vida
Es entonces que Amy conoce a Aaron (Bill Hader), un exitoso cirujano de deportistas cuya fama va en ascenso. Su jefa le pide hacer un perfil sobre él y la química entre ambos es instantánea. A diferencia de los hombres que conoce comúnmente, Aaron es seguro, con un trabajo estable y una vida emocional sólida
Amy ve su mundo sacudido cuando comienza a enamorarse de Aaron, y comienza una lucha contra ella misma, intentando dejar atrás la vida que llevaba antes de conocerlo.
Trainwreck, según comentó Judd Apatow, no iba a ser protagonizada por Schumer. Ella entregó el guión al director sin la intención de hacer papel alguno. Sin embargo, la insistencia de Apatow logró que Schumer cambiara de opinión. Y el resultado es extraordinario.
Schumer, quien es conocida por interpretar a una versión de sí misma, logra con Trainwreck ampliar su visión como actriz y dar vida a una mujer complejo, interesante y en busca de sí misma.
Y es que su personaje vive atormentado por su infancia: su padre vive con esclerosis múltiple en un asilo de ancianos. La relación entre ambos determina casi por completo a Amy, lo que provoca fricción con su hermana Kim, quien le reprocha el haber abandona a su madre cuando ellas eran niñas.
Trainwreck es una comedia con corazón, quizás la mejor del año, con personajes reales, relacionables, complejos. Tiene momentos conmovedores, originalmente graciosos y de reflexión.
Schumer no es sólo la comediante más importante actualmente en Estados Unidos, sino que su talento nos entrega la mejor película que ha hecho Apatow hasta la fecha.
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