Samantha Bee: la voz de la razón

Jul 20 • Artículos • 5525 Views • Comments Off on Samantha Bee: la voz de la razón

Anteriormente hemos escrito sobre la importancia de Samantha Bee y su programa. Pero en el contexto político actual, su voz se ha vuelto más necesaria que nunca.

Es de conocimiento común que la salida del icónico e influyente Jon Stewart ha dejado un vacío en la sátira política norteamericana. John Oliver ha sido quizás el más cercano a aquel discurso tan reflexivo como ácido pero su influencia se ha reducido en HBO. Y en ese afán de abarcar un público más internacional, la carrera presidencial ha pasado a segundo término. Quizás el nombramiento de Donald Trump lo despierte un poco.

El heredero natural de Stewart, Stephen Colbert, ha hecho de su oportunidad sustituyendo a David Letterman, un espacio de reflexión y comedia inteligente. Pero tampoco ha logrado explotar como antes el inverosímil y surreal momento que vive Estados Unidos en la sucesión de la Casa Blanca. Quizás la presión por mantener los ratings lo ha hecho mantenerse conservador hasta cierto punto.

Por supuesto que Trevor Noah, quien sustituyó a Stewart en The Daily Show, ha tenido una monumental tarea que no ha resultado sencilla por donde se vea. El sudafricano Noah no sólo aceptado desconocer gran parte de la cultura política estadounidense, sino que carece del enorme interés y capacidad de Stewart de diseccionar a los medios conservadores y sus motivaciones económicas y de poder.

Entra entonces Samantha Bee, la gran voz de la razón.

En los pocos meses que lleva al frente de su Full Frontal en TBS, Samantha Bee ha sido capaz de exponer la hipocresía republicana, la debilidad demócrata y la incapacidad de los gobiernos de atender las necesidades más básicas y lógicas de las mujeres y las minorías raciales. Ha expuesto, como nadie desde Stewart, las injusticias del sistema en contra de los más desprotegidos. Y lo ha hecho sin tocarse el corazón, pensando siempre en las víctimas de este fallido sistema.

La grandeza de Samantha Bee yace en que no es partidaria de nadie sino de la verdad. Lo mismo ha despedazado a Marco Rubio, Ted Cruz, Hillary Clinton, Bernie Sanders y a Donald Trump. Y lo ha hecho por mostrar las enormes contradicciones de un país que se jacta de ser cuna de la libertad y los valores.

Su plataforma ha sido empoderar a las minorías, desenmascarar a los poderosos y exponer a los medios. Así de sencillo pero así de ambicioso. Lo hace con una rabia y una gracia que la distinguen de todos los demás. Se ha echado encima la tarea de ser una voz de razón en medio de la sinrazón. Y lo hace en un contexto viciado lleno de odio, división y prejuicios.

En el camino, ha sido víctima de discriminación. En una sección exclusiva para internet, Bee lee comentarios en su contra y debe descubrir si son falsos o escritos por su staff. En la gran mayoría de las ocasiones, los comentarios reales son imposibles de replicar, llenos de prejuicios y machismo, algo que esta campaña ha expuesto como un enorme problema, casi de la dimensión del racismo conservador.

Samanthe Bee llegó para cambiar el paradigma de la televisión nocturna, y de paso sacudió los prejuicios de ejecutivos y conductores que no creían a una mujer capaz de de generar tal impacto.

Bee ha expuesto a la National Rifle Association y sus políticas depredadoras, los ataques contra la salud reproductiva de las mujeres y el mundo político como un club exclusivo para hombres blancos.

Está produciendo algunas de las piezas más importantes de la televisión actual, exponiendo a un país que con su enorme poder económico, está estancado en posturas dignas de otro siglo.

Quizás la voz de Samantha Bee represente un punto de inflexión que al menos impacte para que Estados Unidos no caiga en las manos de un hombre cuya plataforma política se basa en los prejuicios, el odio y la discriminación.