Reseña de ‘Warcraft: Primer Encuentro de dos Mundos’
Andrea Alcántar @_elhablador
Warcraft es uno de esos videojuegos que hasta hace poco parecía inadaptable a la pantalla grande, como Doom. Pero desde el éxito de Avatar, todos los estudios de Hollywood se han aventurado a levantar proyectos de franquicias que puedan ser éxitos seguros en taquilla.
En ese tipo de casos, los ejecutivos buscan directores que puedan darle un giro a películas con enormes presupuestos que puedan ser ancla para estudios y así generar secuelas. Así, la decisión de dar la oportunidad a Duncan Jones (Moon, Source Code) pareció atinada desde el principio. El hijo de David Bowie se ha especializado en películas de ciencia ficción de enorme calidad que han convencido a la taquilla y la crítica.
Jones ha creado películas con grandes efectos visuales pero minimalistas en estética que, bajo la superficie, desarrollan sentimientos humanos básicos.
Y éste es el caso de Warcraft: El Primer Encuentro de Dos Mundos (Warcraft: The Beginning).
Basada en el popular juego de Blizzard Entertainment, y co escrita por Jones y Charles Leavitt, cuenta el origen la guerra entre humanos y orcos.
Cuando Draenor, hogar de los orcos, se vuelve un planeta inhabitable, buscan invadir Azeroth, hogar de los humanos y otras especies con las que conviven en una tensa calma. Algunos como Durotan (Toby Kebbell) se oponen a colonizar el hogar de otra especie, considerando lo que sucedió con su planeta.
En Azeroth, Lother (Travis Fimmel), Llane Wrynn (Dominic Cooper), Medivh (Ben Foster) y Khadgar (Ben Schnetzer) encabezan la resistencia a los orcos. Y en medio de ellos, está Garona (Paula Patton), que comparte sangre de ambos lados.
Jones logra consolidar una película sólida pero que se toma demasiado tiempo en establecer líneas narrativas, en especial pensando en secuelas. Sin embargo, las secuencias de acción y enfrentamientos son dinámicas e interesantes, haciendo de Warcraft algo más que un blockbuster. Se trata de personajes corazón y autenticidad, pero que pueden perderse bajo enormes efectos visuales.
Warcraft no es de ninguna manera una película perfecta. Quizás en el interés por reducir la película a un tiempo que sea perfecto para audiencia y taquilla, se siente como un filme apresurado, que en lugar de dejar que la historia se desarrolle por su cuenta, utiliza el diálogo para exponer la situación y deja la acción de lado.
De los esfuerzos de Jones, es sin duda el que más deja de desear. Tantos efectos esconden la mano del director y la película pierde una enorme oportunidad por ello.
Warcraft: Primer Encuentro de dos Mundos se estrena en México el 17 de junio cortesía de Universal Pictures.
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