Problemista – Reseña
Salvador Medina
Suele ocurrir que en Hollywood, la forma le gane al fondo. Particularmente cuando se trata de películas de autor o independientes. Pero en el caso de Problemista, Julio Torres utiliza el realismo mágico como una forma de manifestar los fantasmas de crecer, de la realidad y del sueño americano colapsándose a nuestro alrededor.
Alejandro (Torres) es un inusual inventor de juguetes. Ese ha sido siempre su sueño. Pero ahora, tiene la misión de encontrar quién patrocine su visa para poder quedarse en Estados Unidos o deberá volver a El Salvador, desde donde su madre le apoya incondicionalmente. Tras perder su trabajo y no poder acceder a un apoyo de Hasbro para creadores como él, se ve obligado a buscar otras alternativas. Es así que se presenta la oportunidad de trabajar con Elizabeth (Tilda Swinton).
Pero lo que no sabe, es que Elizabeth es un desastre. Toda su vida como crítica de arte está dedicada a recuperar los cuadros de su esposo Bobby (RZA), congelado criogénicamente, para montar un show digno de lo que ella veía en él. Pero Alejandro debe sortear sus excentricidades, sus cambios de humor y dominar FileMaker Pro.
Alejandro navega las vicisitudes de lo que representa ser GenZ: la búsqueda de identidad, de un hogar digno, de un trabajo bien pagado y de simplemente existir en este torbellino. Con un lenguaje lúdico, con toques de realismo mágico y un gran sentido del humor, Julio Torres nos entrega la que es sin duda una de las mejores películas de la temporada.
Y es que usa este lenguaje para meternos no sólo en la imaginación de Alejandro, sino en lo que está viviendo a cada momento y la ansiedad de existir en un sistema fabricado para explotarte.
Pero el pesimismo de la realidad sucumbe ante la búsqueda de la realización y de cumplir sus sueños. Alejandro es simpático y ingenioso y navega a través del laberinto neoyorquino para cumplir el sueño de Elizabeth y conseguir su visa.
El gran logro de Problemista es el balance entre el estilo y la historia. No hay un escenario, ya sea un sueño, una alucinación o un recuerdo, que no sirvan para contarnos algo o desarrollar a Alejandro como personaje. Se trata de una película llena de vida, interesantísima y con estilo de sobra.
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