‘Perdida’ – Reseña
Salvador Medina
El director mexicano Jorge Michel Grau parece ser un caso a parte en el cine mexicano digno de reconocimiento. Su carrera no es convencional de ninguna forma y nos ha acostumbrado a decisiones riesgosas y atrevidas desde su debut Somos lo que hay en 2010, que le significó ser selección en Cannes.
Desde entonces, ha probado su talento en proyectos de naturaleza diversa, desde colaborando en The ABCs of Death, hasta estrenando su filme Chalán a través de plataformas en línea antes que nadie en México.
Se trata de un cineasta que no ha seguido fácil y su trabajo ha sido el reflejo de una personalidad que busca siempre hacer algo distinto. Perdida, su más reciente obra, es producto de ello.
En Perdida, basada en la colombiana La Cara Oculta, Eric (José María de Tavira), un exitoso y ambicioso conductor de orquesta, se ve sorprendido cuando llega a la casa que comparte con su novia Carolina (Paulina Dávila) y descubre que lo ha abandonado. De ella sólo queda un vestido y un mensaje grabado en una tablet, que Eric ve una y otra vez hasta que decide salir a tomar y olvidarse de ella.
En un bar conoce a Fabiana (Cristina Rodlo), una ingenua mesera que lo lleva a su departamento cuando nota que no puede manejar su coche. Al día siguiente, Eric parte sin siquiera agradecer el gesto de la extraña.
Pero Eric regresa a ver a Fabiana al lugar donde la conoció e inician un tórrido romance en el que ella cae rendida ante los encantos del hombre que acaba de conocer. Fabiana se instala en la casa que hasta hace unos días era hogar de otra mujer. Pero la llegada de un par de policías que investigan la partida de Carolina como una desaparición, comienzan a generar dudas en Fabiana.
Además, la casa parece guardar un secreto. Y mientras más tiempo pasa Fabiana en ese lugar, más comienza a sospechar que hay algo que Eric oculta al mundo.
Lo que comienza como un affaire emocional, se transforma en una historia de traición y dobles intenciones, que gira también el tono como Grau decide contar la historia, saltando entre tiempos para lograr una mayor profunidad narrativa.
Perdida es un efectivo thriller semierótico que se siente pertinente y sobre todo entretenido. Es de destacarse, además, que Grau hace una obra efectiva en un género que prácticamente no existe en nuestro país. Con ello, el director nos ofrece esperanzas de que puedan llegar más propuestas interesantes que atraigan a otro tipo de espectador que quieras más que las comedias de siempre.
Cristina Rodlo y Paulina Dávila son sin duda el punto alto de la película. No es su consolidación en el cine mexicano, puesto que su trabajo ya había mostrado que se trata de dos actrices con una carrera enorme por delante, pero nos recuerda que estamos frente a dos mujeres que serán vitales para el futuro. Se trata de una cátedra de actuación entre ambas, un duelo psicológico que hiela la sangre del espectador a cada paso.
Perdida supera un primer acto flojo que nos hace pensar que se dejó mucho material por usar en el cuarto de edición, y que sirve más como exposición que como trama. Además, deja sueltos varios cabos que son importantes en diversos puntos de la trama. Pero la capacidad de dirección de Grau levantan la obra de manera notable.
No se trata nada más de una obra destacada por la ambientación, las actuaciones y la originalidad de la trama, sino que visualmente se distingue de la estética a lo que nos han acostumbrado las producciones mexicanas, creando una película que puede estar a la altura de cualquier mercado.
Hay que agradecer que existen propuestas de este nivel en el cine nacional. Si van a ver una película mexicana este año, que sea Perdida.
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