Noche sin Paz – Reseña
Salvador Medina
La época navideña siempre ha sido sujeta de innecesarias fábulas, aburridos remakes y forzadas producciones que apenas y encajan en su temática. No hay nada nuevo bajo el sol. Entra entonces Noche Sin Paz (A Violent Night) del director Tommy Wirkola.
Conocemos a nuestro Santa Claus (David Harbour) tomando una cerveza después de otro largo día. En la barra de un par, intercambia palabras con una santa de supermercado. Pero poco saben él y la camarera que se trata del verdadero San Nicolás. Es hasta que sube a su trineo con todo y renos y vomita sobre la camarera que descubre su verdadera identidad. Y así, nos preparan para lo que ha de venir.
Santa está harto de su papel, cansado del egoísmo de las nuevas generaciones. Junto con sus renos, recorre la noche navideña y lleva regalos a los niños que todavía creen en la magia navideña. Llega entonces a la casa de los Lightstone en una fortaleza en los suburbios de Connecticut. Comprendida por la matriarca Gertrude (Beverly D’Angelo) y sus hijos Jason (Alex Hassell) y Alva (Edi Patterson). Alex está distanciado de su esposa Linda (Alexis Louder) y su hija Trudy (Leah Brady) sólo desea su reconciliación para esta Navidad. Pero la vida les tiene otros planes.
Un comando entra a la propiedad con lujo de violencia y secuestra a la familia. El villano, conocido solamente como Scrooge (John Leguizamo) debido a la fecha en que se realiza el atraco, somete a Gertrude y compañía. Pero no cuentan con que Santa está haciendo escala ahí y cuando disparos hacen que sus renos huyan, se encuentra varado en la propiedad.
Aunque Santa quiere hacer poco por ayudar a la familia, la nobleza de Trudy le hace considerar de nuevo y hacer frente a los maleantes que quieren arruinar la Navidad.
En Noche sin Paz, todo lo que se espera de un flick navideño se echa por la borda. Wirkola y los guionistas Pat Casey y Josh Miller reinventan la leyenda de Santa y dan a Harbour el poder para destruir a enemigos con el poder de su mazo. Además de ser una fábula hilarante y absurda con grandes momentos de acción, tiene dentro del caos, momentos de reflexión que reflejan el viaje emocional por el que navega Santa.
Noche sin Paz es violenta, absurdamente entretenida y llena de sorpresas. Hay un gran balance en pantalla entre la dinámica familiar y el protagonista: un alegre personaje que necesitaba un refresh y que lo obtiene con creces.
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