‘Negra Navidad’ – Reseña
Salvador Medina
Aunque el género de terror suele no ser tomado en serio por barbajanes del cine o personas incapaces de reconocer su naturaleza y aportación, en él se generan las analogías más interesantes y pertinentes de la actualidad. Por suerte para nosotros, siguen existiendo cineastas, productores y estudios que entienden por qué las historias, en el formato que sean, importan. Sobre todo, cuando nos hablan entre líneas acerca del estado de la sociedad contemporánea, sus problemas, y sus evidentes fallas y contradicciones. Para eso sirve el terror, más que ningún otro género.
En ese sentido, Black Christmas (Negra Navidad) es la más pura esencia del terror.
En las vísperas de Navidad en el ficticio campus de la universidad Calvin Hawthorne, una fraternidad de alumnas está preparándose para las vacaciones. Algunas regresarán a sus casas después de presentarse en un tradicional show de talentos y otras se quedarán ahí durante todo el periodo.
Riley (Imogen Poots) es una veterana de su fraternidad, ya en su último año, y guiando a las más jóvenes. Pero un incidente, tres años atrás, la continúa persiguiendo. En el tradicional show de talentos, el mismo al que sus amigas habrán de atender ese día, Riley fue atacada sexualmente por uno de los miembros de la fraternidad de DKO. Aunque ella acudió a las autoridades, nadie creyó su versión y Brian Huntley (Ryan McIntyre) se graduó de la universidad sin problema alguno y con su reputación intacta. Por suerte, Riley tiene un grupo sólido de amigas a su alrededor.
Kris (Aleyse Shannon) es una de sus mejores amigas y una férrea activista por los derechos de las mujeres. Tanto así que está buscando que Hawthorne expulse al profesor Gelson (Cary Elwes) por incluir solamente a hombres en sus lecturas de clásicos de literatura. Marty (Lily Donoghue) es sensible e inteligente, y continúa cercana a su grupo pese a estar en una relación con Nate (Simon Mead). Y Jesse (Brittany O’Grady), es la distraída y superficial del grupo pero con un corazón de oro.
Es así que, tras presentarse en el show de talentos donde Riley no tenía pensado estar, las amigas comienzan a enfrentarse, sin saberlo, a un enemigo común. Y es que unas horas antes, Riley y sus amigos humillaron a Brian y su fraternidad DKO con una canción sobre las violaciones que se dan en esos lugares. Tras ello, comienzan a recibir mensajes de un personaje que asegura ser el propio Calvin Hawthorne y estar tras ellas.
Las estudiantes enfrentan a un enmascarado personaje que llega a su fraternidad la noche en que planean celebrar “su noche de huérfanos”, su Navidad entre amigas que se quedan en el campus. Así, deberán enfrentar con sus recursos y hermandad a una fuerza desconocida que quiere acabar con ellas.
Black Christmas no es nada más cine feminista: es una película que busca, simple y llanamente, llamar la atención sobre la concepción social, los roles de cada sexo y su aparente papel. Es una película contestataria.
El cine de terror siempre es político, siempre ha sido social. Lo fue la original y lo es este pertinente y entretenido remake. Black Christmas es valiente al exponer, de manera literal, la importancia de la concentración de poder en los hombres, y todavía más, en los hombres blancos.
De ahí que la historia se enfoque en las fraternidades de las universidades estadounidenses y lo que representan: un vacío de justicia para las mujeres y un bastión de protección para los hombres, donde el lujo y la violencia son cosa de todos los días. Las conspiraciones sobre logias e Illuminati no tienen que ir más lejos de esta caldera de testosterona y privilegio donde las mujeres abusadas son la constante.
Es así que el verdadero terror de Black Christmas está en lo que sucederá con los jóvenes que de ahí salen al mundo: congresistas, jueces, políticos, padres que incidirán en la vida de las mujeres y las minorías desde un punto de vista sesgado hacia pensar que sólo ellos y los suyos importan. Ahí está el verdadero villano: el privilegio blanco.
Las mujeres (no chicas) de la fraternidad responden a la violencia de los campus universitarios como una unidad. Y quizás así salgan adelante.
Negra Navidad señala, eleva, enaltece, empodera. Y además rompe madres. No es solamente una película relevante en la era del Me Too. Es relevante y punto.