‘Misterios sin Resolver’ – Reseña
Salvador Medina
Para quienes crecimos en los 80′ y 90′, Misterios sin resolver era uno de esos programas icónicos y misteriosos que nos hicieron creer en la televisión como un medio de curiosidad e inventiva. El peculiar estilo de terror y misterio, aunado a un carismático conductor que ejemplificaba perfectamente la personalidad de los casos, generaban una atmósfera armoniosa.
Ahora, Netflix ha revivido el formato y el nombre para una nueva serie documental que busca retomar el éxito de su antecesor, una serie documental que inusuales extraños casos que siguen abiertos y han capturado la atención de los medios y el público en general.
Pese a contar con gran cartel y un renombre importante, el nuevo reboot de Misterios sin Resolver es todo artificio y nada de sustancia. Tiene un extraordinario nivel de producción, historias desgarradoras e interesantes pero no hay nada que las sostenga.
No se trata únicamente de carecer de aquello que hizo de la serie original un clásico, sino que el resultado final es un producto sin alma. Repite la rutina pero sin compromiso ni entusiasmo. Jamás atrapa al espectador y parece simplemente otra más de las incontables series que se han dedicado a revivir historias para la pantalla chica.
Por desgracia para quienes creíamos que estaríamos frente a una producción digna de nuestra infancia, Misterios sin Resolver deja mucho que desear.
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