‘Miss Bala: Sin Piedad’ – Reseña

Mar 25 • Spoiler Alert • 639 Views • Comments Off on ‘Miss Bala: Sin Piedad’ – Reseña

Salvador Medina

En un afán por generar mayor diversidad tanto delante como detrás de cámaras, Hollywood se ha abierto a otro tipo de historias. De ahí que otro tipo de rostros y creadores, se hayan apoderado del discurso en años recientes. Si bien hay cierto interés comercial por atraer a sectores de la población que no se ven reflejados en la cartelera comercial, esto ha logrado renovar las historias que llegan a las pantallas.

En 2011, Miss Bala del mexicano Gerardo Naranjo fue un éxito internacional y lanzó a Stephanie Sigman al estrellato. Se trató de un thriller extraordinario, que combinó la visión inalterada de un cineasta arriesgado y una historia redonda y pertinente.

La noticia de un remake a cargo de un estudio de Hollywood parecía una oportunidad de traer una historia actual a otros sectores. Pero la adaptación, a manos de Catherine Hardwicke, dista mucho de tener el impacto de la original.

En Miss Bala: Sin Piedad, la nueva versión, la protagonista Gloria (Gina Rodriguez) es una maquillista que vive en Los Ángeles. Para ayudar a su amiga Suzu (Cristina Rodlo), que va a participar en un concurso de belleza en Tijuana, regresa a la ciudad que fue su hogar durante algunos años.

Pero antes del concurso, Suzu quiere buscar cualquier oportunidad para destacar. De ahí que en una discoteca se acerca a Saucedo (Damián Alcázar), jefe de la policía, quien patrocina la competencia y, según los rumores, siempre se acuesta con la ganadora.

Pese a que Gloria cuestiona cuánto quiere ganar el concurso, apoya a Suzu en su decisión y la acompaña. Pero el lugar es atacado por Lino (Ismael Cruz Cordova) y su grupo armado. Por suerte para ella, el líder permite a Gloria tener unos segundos de ventaja y corre en busca de su amiga. Tras el ataque, no logra encontrar a Suzu, quien se pierde en la confusión.

Todavía en la escena del crimen, Gloria se acerca a un policía para preguntar por Suzu. Pese a que él se compromete a ayudarla, la entrega al cártel. Lino, atraído por ella, promete encontrar el paradero de Suzu a cambio de su cooperación en actividades de su grupo delictivo.

Miss Bala: Sin Piedad es lo que se espera de una adaptación de este nivel: una producción “light” de una historia que toca fibras sensibles. Y es que desde el guión, se nota que esos elementos que hacían de Miss Bala una película tridimensional, fueron sustituidos por algo que encajara más en la fórmula de Hollywood

En la adaptación, Gloria se mete en problemas por ser “demasiado buena” y querer siempre ser un ejemplo de moral. En la versión mexicana, la protagonista tiene fallas de carácter, que la hacen vulnerable y más real. Pero no todo es malo.

Las actuaciones son fenomenales. Tanto Gina Rodriguez como Ismael Cruz Cordova son destacados en sus papeles, no sólo con una notable química en pantalla, sino por su propia cuenta. Y Rodlo se proyecta como la siguiente gran actriz mexicana en dar el salto a Estados Unidos.

El segundo acto tiene grandes momentos, en particular la convivencia entre la víctima y su captor. Las escenas de acción tienen también un gran nivel de ejecución, con enormes situaciones de tensión que sostienen una historia, hasta ahí, interesante.

Pero el primer acto parece más salido de una telenovela. Y el tercer acto, parece improvisado y adaptado a una audiencia que espera siempre la misma resolución. Y es una lástima, porque pese a que Hardwicke parece perder de vista por momentos qué hace de Miss Bala una gran historia, las escenas de acción nos sumergen en un mundo rico y con gran potencial.

Miss Bala: Sin Piedad termina sin atreverse a salirse de su zona de confort. Y se queda en una adaptación desperdiciada y genérica.

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