‘Los locos Addams 2’ – Reseña
Salvador Medina
Los niños son como calcetines en la secadora: deben perderse para encontrarse. Esa sabiduría proviene de uno de los miembros menos esperados de la familia Addams: el tío cosa.
Merlina, la mente brillante de una familia peculiar como la Addams, lleva toda su vida sintiéndose fuera de lugar. La adolescencia es dura para cualquier adolescente pero, en el caso de Merlina, la situación se agrava cuando sus padres son excéntricos y vocales, sobre todo del amor que tienen a sus hijos.
Es así que, tras una feria de ciencias, Merlina recibe una noticia que parece sacudir su vida: es posible que no sea una verdadera Addams. Esto quizás sea la respuesta a su incomodidad y a su constante cuestionamiento de pertenencia. Pero Homero y Morticia notan la renuencia de Morticia a sentirse parrte de la familia. Es así que toman una decisión: se irán de vacaciones.
Inicia entonces una carrera entre quien puede ser el verdadero padre de Morticia y sus padres, aferrados a tener a Merlina a su lado a como dé lugar.
La familia Addams tiene una particulaer libertad y estilo que es difícil encontrar en películas para los más pequeños. Además de entretenerlos, deja pequeños detalles que los más grandes podrán disfrutar y comprender. Morticia y Homero realmente se aman. No hay nada ahí oculto o tensión alguna. La vergüuenza a la que someten a sus hijos nace del romance, de sus demostraciones físicas de pasión. Eso es algo verdaderamente escaso en las comedias.
Además de sus viñetas hilarantes, algo característico del estudio, la Familia Addams 2 nos regala verdaderos momentos de risas y reflexión, si bien no hace una gran labor de disfrazar el final, algo que termina por no importar.
Se trata de una película que tiene algo para toda la familia y que, aunque no encontrará eco en todos, seguramente habrá algo que valga la pena para quien se siente a verla.
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