La trágica belleza de BoJack Horseman
Salvador Medina @ayudamemalverde
La serie BoJack Horseman, caricatura original de Netflix creada por Raphael Bob-Waksberg, se ganó a crítica y seguidores por igual con el original y ácido retrato de BoJack, un actor cuya exitosa serie de comedia en los año 90′ le significa todavía un peso del que no se puede sacudir. Y sucede que BoJack es un caballo.
Con una escritura original y un humor refinado pero satírico, BoJack Horseman, interpretado brillantemente por Will Arnett, es un desastre que nos detenemos a ver con gusto. Su relación con Todd (Aaron Paul) genera un dinámica hilarante, que lo eleva de ser una simple comedia. Además, se trata de un personaje profundamente tridimensional.
Aunque al principio está dominado por las risas, lo cierto es que BoJack Horseman comienza a adentrarse en la psique de nuestro antihéroe para descubrir qué yace en su pasada para haberse convertido en el antipático sangrón que es hoy.
Y es que BoJack hace todo para 
alejar a las personas que lo rodean. Diane (Alison Brie), una escritora contratada para publicar su biografía, Princess Carolyn (Amy Sedaris), y el peculiar Mr. Peanutbutter (Paul F. Tompkins), son apenas algunos de los ejemplos de personajes que pasan por la vida de BoJack sin el menor impacto. Es un tipo que se aprovecha de las situaciones para olvidar el problema más actual hasta exprimir la relación al cansancio.
Así, BoJack comienza una búsqueda de sentido. Pronto se da cuenta que todo lo que había anhelado, ese respeto y admiración que no le trajo su serie Horsin’ Around, tampoco se lo dará la fama o el éxito.
BoJack Horseman es una serie impecablemente pensada, con un personaje tangible y fallido que nos hace querer abrazarlo y decirle que todo estará bien.
Es quizás la serie más subestimada de Netflix y con justa razón: BoJack vive en un mundo donde caballos y perros hablan y conviven como personas normales, visita Pacific Ocean City, una ciudad en el fondo del mar y todo en un contexto que nos recuerda al nuestro.
Pero BoJack Horseman ha evolucionado el lenguaje de las caricaturas. En un capítulo particularmente conmovedor, BoJack atiende un festival de cine donde se proyectará Secretariat, la película que siempre quiso protagonizar. Ahí, se encuentra a un personaje de su pasado con quien debe enmendarse, al mismo tiempo que experimenta lo que hubiera significado para él ser padre.
Se trata de un personaje y una serie con nostalgia al pormayor. En todo momento, BoJack está buscando algo que dejó en el pasado y que se le presenta al espectador como recuerdos de su infancia, del camino recorrido hasta el presente.
BoJack ha dedicado su vida a despediciar cada día y oportunidad con drogas, alcohol y pedantería, lastimando a personas queridas en el camino, sólo para arrepentirse y pedir disculpas. Pero como le dice Todd: el problema no son las drogas y el alcohol, el problema eres tú.
Raphael Bob-Waksberg, creador y escritor, está detrás de uno de los mejores productos de la televisión. Y cuenta la vida de un caballo que habla.
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