La Mujer Rey – Reseña

Oct 12 • Spoiler Alert • 722 Views • Comments Off on La Mujer Rey – Reseña

Salvador Medina

Ni los trols de la ultraderecha estadounidense ni la historia detrás de Nanisca, la guerrera africana del reino de Dahomey que interpreta Viola Davis, evitaron que La Mujer Rey (The Woman King) conquistara la taquilla de aquel país y las críticas de expertos. Es fácil ver por qué la nueva película de Gina Prince-Bythewood ha recibido tal aceptación, no sólo por la ávida necesidad de historias nuevas, sino el éxito que ha representado poner a minorías y a mujeres delante y detrás de cámaras.

Nanisca es la lidereza de las Agojie, un grupo de sólo guerreras mujeres. El dilema de Davis, Prince-Bythewood y la guionista Dana Stevens, fue el papel del grupo en el tratado de esclavos en África. Pero The Woman King no se anda con rodeos y toca, con gran sensibilidad, un tema por más delicado. Y aunque los personajes de Nanisca y Nawi (Thuso Mbedu) son ficcionalizados a partir de relatos históricos, el tratamiento de las cineastas y de las interpretaciones es exacto.

La historia de La Mujer Rey nos coloca en el continente africano, especificamente en el extinto reino de Dahomey, durante la cúspide de la trata de esclavos. Nanisca y su grupo lanzan un ataque contra un grupo de hombres y, aunque triunfan y liberan a las mujeres del pueblo, pierden a un importante número de reclutas.

Nanisca es tan aguerrida como testaruda, pero eso la hace la líder que su pueblo necesita. El rey Ghezo (John Boyega), se ha vuelto tan poderoso a partir de la trata de esclavos que ha apoyado a los europeos en la labor. Algo que Nanisca ve como una fuerte amenaza, más cuando existen otros grupos involucrados en ello.

A las manos del grupo llega la joven rebelde Nawi, ofrecida por su propio padre como tributo al rey justo por su personalidad, y es recibida por Izogie (Lashana Lynch) como una potencial recluta. Izogie funge como una especie de mano derecha para Nanisca, observadora neutral de lo que acontece alrededor. Nanisca e Izogie notan pronto el potencial de la joven pero saben que, de no controlar su temperamento, puede significarle grandes problemas.

Lo que está en juego es suficiente para hacer de La Mujer Rey suficiente para mantenernos entretenidos durante dos horas. Pero Prince-Bythewood se da a la tarea de darle vida y espacio a cada personaje. Es así que introduce narrativas de amor y de venganza personales dentro de la compleja historia que pueden llegar a distraer del corazón de la película, que yace en la sororidad y relación entre estas mujeres.

En un mundo de hombres, se apoyan, juran fidelidad y defienden sus valores ante cualquier enemigo. Su honestidad es irrevocable.

En este contexto, Prince-Bythewood entrega una película sólida, brillante por momentos, con actuaciones soberbias de principio a fin. El único pecado es la intención de abarcar demasiado en poco tiempo, intentando humanizar y darle sentido a cada personaje. Pero La Mujer Rey sale adelante con valentía, con una trama sólida traída a la vida por una de las mejores actrices en la historia.

La Mujer Rey prueba, por enésima vez, que hay espacio en la maquinaria Hollywoodense para las historias de minorías contadas por minorías. Un logro por donde se vea.

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