‘La Llorona’ – Reseña
Salvador Medina
El cine de terror es el mejor género para enfrentar temáticas sociales a través de metáforas o alegorías. En muchas ocasiones, se trata de un vehículo perfecto para provocar una reacción en la audiencia que es difícil generar. En La Llorona de Jayro Bustamante, sirve para enfrentar el fantasma de un genocidio que persigue a un país y a una generación.
Bustamante nos introduce al mundo de la familia del general Enrique Monteverde (Julio Diaz) en un funeral. Las mujeres rezan intensamente en un cuarto mientras que los hombres planean y toman whisky en otro. No hay resentimiento en ello, sólo intención por mantener silencio. Pero la familia del general tiene razón para tener miedo.
Natalia (Sabrina de la Hoz), la hija única del general, debe proteger a su hija y a su madre del circo mediático que significa el juicio que el gobierno de Guatemala está llevando contra el general por el genocidio de los mayas del país. Desde la perspectiva de privilegio que mantiene la familia, son testigos del escrutinio social. Pero, al final, son protegidos por una sistema hecho para servirles. El general continúa teniendo amigos en altos lugares que lo cubren de recibir su merecido. Pero los espíritus tienen otros planes.
En la casa del general, las cosas son distintas. Sólo Valeriana (María Telón) ha mantenido su puesto como jefa del servicio del hogar. Los demás sirvientes han renunciado por temor. “Todavía está lejos”, dijo uno de ellos cuando el general escuchó la voz de una mujer que lloraba. Al día siguiente, todos abandonan el hogar.
Natalia desea conocer la verdad de lo que sucedió con los mayas y en los campamentos que comandaba su padre durante la Guerra Civil de aquel país. Y aunque su madre sospecha que el general se pudo involucrar con otras mujeres cuando iba al cuartel, no cree una palabra de las grotescas acusaciones contra su marido. Es entonces que una presencia llega a la casa y comienzan a revelarse secretos de la historia del general que ponen el mundo de todos de cabeza.
La Llorona es una película atmosférica, silenciosa y reveladora. Bustamante logra un gran trabajo al crear una tensión desde el primer momento para colocarnos en un mundo que se siente fuera del nuestro. El primer acto es particularmente aterrador, sentando las bases de una historia con giros y aristas de principio a fin.
A diferencia de otras películas del género, La Llorona se toma su tiempo para asustarnos, enfocándose más en lo que la acción revela sobre los personajes. La quietud y los silencios que nos envuelven nos introducen de lleno al universo de traición y muerte que dejó el general y que no parece detenerse aquí.
Una película demoledora y necesaria.