La fórmula fallida entre Cormac McCarthy y Ridley Scott
Salvador Medina
salvador@elhablador.com.mx
El extraordinario novelista Cormac McCarthy ha tenido una carrera que se extiende a lo largo de cinco décadas. Desde la publicación de ‘The Orchard Keeper’ en 1965, con la que ganó el premio de la Fundación William Faulkner, McCarthy se ha colocado como una de las voces más audaces y notables de la literatura norteamericana.
Con una estética única y un lenguaje sumamente original, Cormac McCarthy ha escrito algunas de las novelas más destacadas del siglo XX y hasta nuestros tiempos. ‘Meridiano de Sangre’, ‘Todos los hermosos caballos’, ‘Sin lugar para los débiles’, entre otros textos, lo han puesto constantemente en la lista para recibir el Premio Nobel de Literatura.
Desde un principio, sin embargo, McCarthy ha tenido una fascinación por el cine. Pese a que desde el inicio de su carrera ha escrito varios guiones, sólo ‘The Gardener’s Son’, en 1976, había sido producido para televisión.
Un notable retraído de la atención pública, McCarthy aceptó aparecer por primera vez en una entrevista para televisión cuando en 2007, la popular conductora Oprah Winfrey incluyó su novela ganadora del Premio Pulitzer, ‘The Road’, como selección para su club de lectura.
Durante la entrevista, McCarthy relató que la historia surgió de la idea de ser padre a avanzada edad e imaginar el mundo que le depararía a su hijo. Además, habló con Winfrey sobre su estilo literario, asegurando que prefiere oraciones simples y declarativas, así como usar puntos y la coma ocasional.
Desde un principio, el estilo de McCarthy ha sido directo, conciso y autoexplicativo. Es por ello que esta repentina apertura resultó extraña hasta para sus más fieles seguidores. Pese a que sigue manteniéndose como un elusivo personaje, algo que pareciera imposible en nuestros tiempos, McCarthy se acercó a un mundo que parecía evitarlo a él: el cine.
Como cuenta Alexandra Alter para The Wall Street Journal, la concepción de ‘El Abogado del Crimen’ (‘The Counselor’ o El Consejero) llegó como una sorpresa para todos. En enero de 2012, Amanda Urban, agente literaria de McCarthy, recibió un manuscrito. Como siempre, Urban pensó se trataba de una novela. Se dio cuenta entonces, que tenía en su poder un guión de 180 páginas. McCarthy le explicó que necesitaba un descanso de las dos novelas que se encontraba escribiendo y necesitaba hacer algo que no le tomara mucho tiempo: escribió el guión en cinco semanas.
Urban contactó a los productores que adaptaron ‘The Road’ a la pantalla, quienes realizaron una oferta por los derechos apenas días después. El guión circuló en varios círculo de escritores en internet y, desde un principio, recibió críticas polarizadoras. Llegaron después las adiciones de algunos de los mejores actores de Hollywood al proyecto: Michael Fassbender, Brad Pitt, Penélope Cruz, Javier Bardem. La cereza en el pastel fue el director Ridley Scott.
El director de Alien, Gladiador, Gangster Americano, Red de Mentiras, entre otras, parecía perfecto para lo nuevo de McCarthy. Además, creó particular curiosidad que el escritor también participaría como productor ejecutivo, cuando no aportó ayuda alguna a la adaptación de su novela ‘Child of God’.
James Franco, quien escribió y protagonizó el proyecto, comentó que McCarthy no ayudó en la concepción de personajes o en aclarar dudas de los guionistas antes de filmar. Cuando Franco llamó al escritor para preguntar por qué había escrito una novela sobre un personaje tan repulsivo, McCarthy respondió: “No sé, James, quizás por alguna estúpida razón”.
Así, contar con McCarthy parecía un éxito seguro. Pese a que su presencia era mínima en el set, se acercaba a menudo a los actores. Fassbender aseguró que el escritor estaba presente todos los días y corregía sus acciones cuando se equivocaba.
Asegura Alexandra Alter que el resultado del filme es así lo más cercano posible a la visión original de McCarthy y podría cambiar su reputación como escritor y narrador. “Algunos señalan que ‘The Counselor’ (El Abogado del Crimen) es una historia brillante de moralidad profunda al nivel de su novela ‘Sin lugar para los débiles’. Otros la han atacado como ‘lo peor que McCarthy ha escrito’”.
Y es que el resultado es decepcionante por decir lo menos. El Abogado del Crimen cuenta la historia de las consecuencias que surgen cuando un cargamento de droga, que va de Colombia a Chicago, no llega a su destino.
El abogado (o mejor dicho, el consejero), un personaje sin nombre interpretado por Michael Fassbender, se ve relacionado con Reiner (Javier Bardem), un traficante que opera en territorio estadounidense, para hacerse de una pequeña fortuna al invertir en una operación con un cártel mexicano. Pero la novia de Reiner, tiene planes diferentes.
Malkina (interpretada por Cameron Diaz) es un gran villano, en el mejor sentido. Se trata de una mujer ambiciosa, capaz de hacer cualquier cosa a cambio de poder y dinero. Así, la suerte de todos cambia cuando traiciona a Reiner y sus operadores para cosechar los beneficios del tráfico de drogas.
Aunque parezca fácil explicar la trama de la película, no lo es en primera instancia. La narrativa de El Abogado del Crimen no fluye como se esperaría de una de las mejores plumas de nuestros tiempos. Scott realiza un gran trabajo estéticamente, estableciendo visualmente el mundo en el que nuestro héroe está involucrado, pero fuera de eso no hay mucho mérito.
El Abogado del Crimen encuentra una estética en sus villanos, como McCarthy nos tiene acostumbrados. Pero el extraordinario lenguaje y los construidos diálogos de sus novelas no se traducen al cine.
Todos los pasos de ‘El Consejero’, como es conocido el personaje de Michael Fassbender, lo llevan hacia la verdad que significa la muerte en el mundo del narcotráfico o, puede decirse también, en nuestro días. El consejero mantiene conversaciones filosóficas con capos de la droga a quien ruega por la vida de su amada.
El resultado es confuso e insatisfactorio, pese a las grandes actuaciones y aterradoras anécdotas. “La más pequeña migaja puede devorarnos”, dice Reiner, como advertencia al principio de la película. Como una figura arquetípica “llevada a la ruina por su propia ignorancia y avaricia”, como dice el propio McCarthy, el consejero sufre las consecuencias de una mala decisión.
Y es exactamente lo mismo que le sucede a McCarthy, por más extraño que parezca.
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