‘La Chica del Tren’ – Reseña
Salvador Medina @ayudamemalverde
No es un secreto que las novelas con tintes de thrillers eróticos dirigidos a mujeres están de moda. El fenómeno de Fifty Shades of Grey es prueba de ello. En el caso de The Girl on the Train (La Chica del Tren), escrita por Paula Hawkins y adaptada a la pantalla por Erin Cressida Wilson, la acción y la historia hacen que la película no se trate de un softporn para mujeres, sino algo con mayor sustancia y giros inesperados.
Rachel (Emily Blunt), es una deshonrada publirrelacionista que se encuentra en una crisis emocional tras un doloroso divorcio. No ayuda el hecho que su ex esposo Tom (Justin Theroux) ha rehecho su vida con Anna (Rebecca Ferguson), con quien tuvo un largo romance y que ahora es madre de su hijo. Esto último afecta particularmente a Rachel pues el no tener un hijo con Tom provocó que ella cayera en una depresión que la llevó al alcoholismo y a su eventual divorcio.
Todos los días, el tren de Rachel pasa frente a la casa de Tom y Anna, donde los ve criar juntos a un hijo que en su mente, debió ser suyo. Y todos los días, Rachel recurre a la bebida para olvidar su tormento. Pese a los regaños de Cathy (Laura Prepon), su compañera de cuarto, Rachel está en una espiral de la que no puede salir.
Y enn esos viajes, Rachel comienza a observar también a una pareja que vive a dos casa sde Tom y Anna, y a quienes ve como el mejor ejemplo de la pareja perfecta. Se trata de la bella Megan (Hayley Bennett) y Scott (Luke Evans). Sin saberlo, ellos están en su propia batalla. Ella, teniendo un romance y él, obsesionado por tener un bebé que quizás asiente a Megan. Pero Rachel se refleja en ellos, al ver desde fuera lo que ella perdió.
En un día de particular estupor alcohólico, tras ver a Megan con otro hombre, a quien conocemos como Kamal Abdic (Édgar Ramírez), Rachel decide, de regreso de su trayecto, bajar en la parada de la pareja y enfrentarla. Rachel desciende del tren determinada a enfrentar a la mujer infiel. Pero cuando desciende a un túnel, pierde el conocimiento. Despierta al día siguiente ensangrentada y sin memoria de lo que sucedió.
Es entonces que se entera de la desaparición de Megan justo la noche en que decidió enfrentarla. De repente se encuentra en el centro de la investigación, no sólo como sospechosa sino como compañera de Scott, a quien ayuda señalando a Kamal como el hombre con quien Megan tenía un romance. Las cosas comienzan a escalar mientras Rachel empieza a descubrir cosas sobre su propia personalidad y las circunstancias que la llevaron a tocar fondo.
Pese a la complicada trama de La Chica del Tren, el guión logra presentarnos perfectamente a todos los personajes y elementos perfectamente para que podamos determinar de qué lado estamos. El enorme problema de la película es la falta de capacidad del director Tate Taylor para presentar una narrativa coherente. Sus absurdos e innecesarios saltos de tiempo son una distracción que le quita momentum a la película.
Además, os presenta a la protagonista en la misma situación emocional una y otra vez, lo que hace difícil estar de su lado o identificarnos remotamente con ella. Desperdicia durante largos periodos el talento de la probada Emily Blunt, algo que parece un pecado.
Por otro lado, La Chica del Tren tiene un cast estelar, lleno de talento de principio a fin. Y la historia es suficiente para sostener a flote algo que el director parecía querer hundir.
La película tiene suficiente intriga para mantenernos interesados en querer descubrir lo que está detrás de la desaparición de Megan mientras acompañamos a Rachel en su búsqueda de redención.
The Girl on the Train se estrena en México el 11 de noviembre.
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