‘La Cacería’ – Reseña
Salvador Medina
Antes de estrenarse, The Hunt (La Cacería) era ya una de las películas más comentadas de los últimos años. Y es fácil entender el porqué.
La temática es sensible y actual: un grupo de millonarios secuestran a personas de a pie para cazarlas a placer. Sin duda es algo que hemos visto anteriormente en el cine y la literatura, pero en esta nueva producción, los cineastas se inclinan hacia la actual polarización de la sociedad estadounidense.
Coescrita por Nick Cuse y Damon Lindelof, quizás la pareja más “caliente” de guionistas de Hollwyood, The Hunt es una mutación de Rebelión en la granja de Orwell con un toque notable de parodia. Cuse y Lindelof aprovecharon el clima político y la constante lucha entre la derecha y la izquierda de Estados Unidos para mostrar ambos lados del espectro. Y confrontarlos.
Pronto conocemos a Athena (Hilary Swank), que tras ser señalada por sitios de conspiración y ultraderecha por supuestamente cazar personas en su mansión, es despedida de su trabajo. Athena reclama que se trataba en una broma en un chat de amigos y que su “mansión” es una casa de tres habitaciones. Sin embargo, el daño está hecho.
Impulsada por ese rencor, Athena y un grupo de amigos liberales como ella, decide tomarles la palabra: es así que comienzan a seleccionar a personajes de la derecha que han hecho daño al discurso progresista que ellos manejan, a través de la manipulación y la difusión de noticias falsas que sirven para apoyar su retórica conservadora.
¿Habrá azúcar después de la rebelión?, preguntó Mollie, la yegua en Rebelión en la granja. Como ella, las víctimas viven en una cómoda negación que de repente se ven enfrentados contra esas políticas que tanto defienden y sin saber por qué.
¿Ésas personas que los están cazando, no están ejerciendo ese mismo derecho de portar armas que ustedes tanto defienden?, le cuestionan a uno de los hombres que buscan escapar de la cacería. Y he ahí el acierto del conflicto: hay verdad en ambos lados. Y los liberales sólo están combatiendo fuego con fuego.
Pero no esperaban que el otro lado ofreciera resistencia, pero la encuentran en la figura de Snowball (Betty Gilpin), una poderosa líder que buscará sobrevivir a como dé lugar.
Aunque Cuse y Lindelof hubiesen escogido el otro lado del pasillo para contar la historia, la controversia era natural. El gran acierto fue tomar partido y seguir sin importar la crítica.
De ahí que La Cacería es una hilarante y entretenida farsa que expone el absurdo de la sociedad estadounidense. Es una mordaz e inteligente crítica que se siente relevante y actual, con grandes actuaciones, en particular apuntaladas por Swank y Gilpin.
La Cacería es una parodia orwelliana que lleva las cosas al extremo con grandes resultados. Se trata de una película arriesgada y sorprendente que refleja la polarización de la sociedad estadounidense como nunca antes.
Los seguidores del terror encontrarán una gran experiencia que superar todo lo que se espera del género. La película va a provocar a personas de ambos lados del espectro político, así que los espectadores deben hacer lo que mejor saben: disfrutarla.
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