‘Jurassic World Dominion’ – Reseña

May 30 • Spoiler Alert • 1111 Views • Comments Off on ‘Jurassic World Dominion’ – Reseña

Salvador Medina

La idea de sacar a una franquicia de su zona de confort suele ser una idea atractiva en papel. Lugares extraños para sus protagonistas ofrecen nuevas oportunidades y abren las posibilidades a un nuevo mundo de posibilidades. En el universo de Jurassic Park, ahora en su segunda etapa, Colin Trevorrow y compañía se han sentido cómodos creando un nuevo espacio y dando vida a empáticos nuevos protagonistas que han logrado conectar con una audiencia más joven.

Pero en la nueva entrega, el nuevo territorio es hostil no sólo para los dinosaurios y para los personajes, sino también para la historia. Jurassic World: Dominion tiene un problema básico: quiere ser más de una cosa. Busca alejarse de la fórmula del parque en problemas con un villano cegado por la avaricia o la ambición pero termina regresando a esa historia que hemos visto incontables veces. Y no aporta nada nuevo al universo salvo momentos que sus fanáticos reconocerán antes de que sucedan y que se sienten como un déjà vu.

Jurassic World: Dominion nos sitúa unos años después del desastre de Isla Nublar. Los dinosaurios han creado un caos en diversos ecosistemas y no logran adaptarse al mundo actual. En ciertos lugares, incluso, su tráfico ilegal ha puesto en peligro a incontables especies. Pero hay algo de esperanza para ellos: Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) y Owen Grady (Chris Pratt) continúan en su misión de proteger a los animales de laboratorios y de traficantes. Además, están ocultando el paradero de Maisie Lockwood (Isabella Sermon), que continúa siendo una persona de interés para diversos grupos con oscuras intenciones.

Claro que, como es de esperarse, las cosas no son como parecen. Pese a su cuidado, un misterioso grupo localiza a Maisie y no sólo eso: a Blue y a su nueva cría. Al mismo tiempo, el mundo tiene una nueva amenaza. Una super raza de langostas está destruyendo las cosechas del mundo, salvo las plantadas por una empresa en particular, comandada por el multimillonario Lewis Dodgson (Campbell Scott) que ha creado una elusiva área especial para los dinosaurios en las montañas de Italia donde tiene también su área de investigación.

Es aquí donde entran los viejos personajes de Jurassic Park: la doctora Ellie Sattler (Laura Dern) sospecha que la empresa se encuentra desarrollando dicha especie dado que se le han encontrado rastros genéticos que no se veían desde hacía millones de años. Por ello, acude con su viejo amigo, el doctor Alan Grant (Sam Neill) para ayudarlo en su misión. ¿Cómo podrán encontrar acceso al área de investigación? Sucede que Ian Malcolm (Jeff Goldblum) trabaja para dicha empresa, una de las incontables coincidencias que mueven la historia.

Así, ambas historias inician una carrera que apunta al mismo destino: el santuario en Italia y lo que ahí se oculta. Dejando a un lado los notorios plot holes, las imposibles coincidencias, los momentos deus ex machina que impulsan la historia hacia adelante, el gran problema de Jurassic Wold: Dominion es que se siente absolutamente innecesaria.

Un fanático puede ver repetida la misma pelea tantas veces que una más ya parece una repetición. La nostalgia no es un vehículo narrativo sino un recurso. Y aquí, la nostalgia sólo lleva la película hasta cierto punto. Las secuencias de persecusión en Malta son un momento particularmente bajo. Parece que los productores quisieron imitar lo que ha hecho Tom Cruise y elevarlo con dinosaurios. Pero el resultado es lastimoso.

Hay tantos momentos donde la casualidad es lo único que los salva que la película se siente como una mala anécdota. Y los callbacks a otros momentos de la franquicia ya no funcionan. No por enésima vez. Hay momentos en que Jurassic World: Dominion se siente más como una excusa para nombrar a todos los dinosaurios. Hacen particular énfasis en recordarnos dos veces que el Giganotosaurus es el depredador más grande que ha pisado la tierra. Y ése es un síntoma claro de que los cineastas asumen que la audiencia es tonta. Y no lo es.

Para un fanático de la franquicia, Jurassic Wold: Dominion se siente como un punto bajísimo, una mala excusa para volver a ver a personajes con los que hemos crecido y que son parte de la cultura popular de las últimas décadas. Es hora de considerar si los dinosaurios no han extendido demasiado su presencia en la tierra.

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