Jon Stewart: es hora de volver
Salvador Medina @ayudamemalverde
Si una figura hizo falta en la carrera presidencial estadounidense para equilibrar la balanza en los medios de comunicación, fue Jon Stewart. El incisivo comediante decidió retirarse de su The Daily Show y dejarlo al inexperto sudafricano Trevor Noah, cuyos análisis y ratings no han estado cerca de los de Stewart.
Y aunque bajo la tutela de Stewart surgieron figuras de la talla de Samantha Bee, John Oliver y Stephen Colbert, lo cierto es que nadie ha logrado generar un impacto similar al del neoyorquino.
Desde años atrás, Stewart fue un crítico constante, no sólo de los políticos norteamericanos, sino de sus medios de comunicación. Era sumamente perspicaz para traer a la luz las enormes inconsistencias editoriales de los canales de noticias más poderosos en la televisión de paga. Desde MSNBC, Fox News hasta CNN, Stewart fue capaz de diseccionar, como nadie en la historia de la televisión, el discurso divisorio e incongruente de comunicadores conservadores y liberales por igual.
A diferencia de otros como él, Stewart fue capaz de hablarle a una generación señalada como apática y apolítica. Fue trascendental en el despertar de los jóvenes que eligieron por dos periodos a Barack Obama como presidente de Estados Unidos. Y pese a ello, fue crítico con sus políticas y decisiones ejecutivas.
Pese a no poseer antecedentes en el periodismo, Stewart logró defender sus posturas frente a algunas de las mentes más brillantes de los mundos intelectual y académico, así como hacer frente a figuras con las que tenía enormes diferencias, Bill O’Reilly y Donald Rumsfeld, entre otros.
Su voz, más que ninguna otra, era necesaria durante una elección histórica para el mundo entero. Pero su retiro en 2015, abrió paso a un vacío en los medios. Pese a que decenas de periodistas se unieron prácticamente al unísono para mostrar el peligro de Donald Trump, el hecho de haber subestimado su alcance e impacto, provocó que su momentum fuera aumentando hasta llevarlo a la silla presidencial.
Trump y su gabinete han sido implacables contra los medios, tachando de falsedades todo lo que sea negativo contra él y su administración, al mismo tiempo que enaltecen medios de ultraderecha con los que comparten intereses y nexos económicos.
Si bien la “resistencia” ha probado ser poderosa, desde programas de sátira como Saturday Night Live, hasta poderosas demostraciones de unidad como la mostrada por el New York Times contra las acciones de censura por parte de La Casa Blanca, no existe un líder moral con la suficiente fuerza y arrastre mediático que comande los esfuerzos contra los abusos de poder.
Y es que las medidas de Trump son tan absurdas y autoritarias que, el ex presidente republicano George W. Bush, señaló que la prensa es necesaria justamente para mantener a personajes como él en constante escrutinio. Sí: George W. Bush suena como un defensor de la primera enmienda en comparación con Donald Trump.
Y es que la ausencia de Stewart es notoria. Si bien otros comunicadores han dedicado sus espacios a señalar las contradicciones morales de Trump y las descaradas mentiras de su administración, nadie ha logrado llegar al corazón de lo que representa.
En las pocas intervenciones que ha tenido en medios, Stewart ha logrado exponer con fuerza y sin temor, los errores de los propios medios y los interés de Trump y su círculo de colaboradores.
Durante su más reciente intervención en el programa de su amigo Stephen Colbert, Stewart lanzó uno de sus directos ataques contra Trump, algo que lleva haciendo desde hace más de una década. Pero en esta ocasión, también criticó la actitud de quienes subestimaron las radicales posturas de Trump asumiendo que se trataba de una jugarreta para atraer votos.
En este momento, es hora de recuperar su camino, aseguró Stewart. Aunque lo usó con el más coloquial “It’s time to get your groove back”. Pero para ello, parece que hace falta un revulsivo. Los ataques de Trump no han sido suficiente para ello.
Quizás, sólo quizás, sea hora de que Stewart regrese a tomar su puesto. Y con ello, retomar algo de dignidad a los medios norteamericanos, algo que sin duda necesitan. Y con urgencia.
Jon Stewart: es hora de regresar.