Salvador Medina @ayudamemalverde

Elise, la psíquica que conecta las historias de la saga de Insidious, ha sido el alma de cada película. Es el enlace entre el mundo de los vivos y los muertos. Su presencia es vital para el desenlace de cada entrega y, pese a ello, no sabíamos mucho de su origen. Hasta ahora.

En Insidious: The Last Key (La Noche del Demonio: La Última Llave), conocemos a la joven Elise de pequeña, con sus padres y hermano. Su padre, un duro guardia de seguridad, teme lo que su hija dice ver y, en lugar de escucharla, la golpea esperando que “diga la verdad”. Pero lo cierto es que Elise tiene una capacidad que debe ser controlada y canalizada para el bien. Aunque su familia no pueda comprenderla todavía.

Corte a: años después, la Elise que conocemos (Lin Shaye) estableciendo la compañía que conocemos junto a Tucker (Leigh Whannell) y Spec (Angus Sampson), ya como una parapsicóloga consolidada.

Es en ese momento que recibe una llamada perturbadora: un hombre que vive actualmente en el hogar que solía habitar de pequeña, necesita ayuda. Es entonces que Elise debe volver a sus orígenes para ver la vida que dejó detrás y hacer lo posible por corregir sus errores.

Y es que de pequeña, Elise abrió una puerta que ahora debe cerrar a como dé lugar. Y el demonio que habita en ese lugar amenaza no sólo al inquilino actual sino su propia existencia.

Como en sus sucesoras, La Última Llave entrega grandes momentos de tensión, sustos y una trama clara. Y, también como en sus sucesoras, el tercer acto es flojo. Pero no por ello la película pierde moméntum.

Se trata de una saga que sabe a lo que juega y que entrega lo que mejor sabe hacer.

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