Hypnotic – Reseña
Salvador Medina
El cine y estilo de Robert Rodríguez es por todos conocido: exagerado, cómico, brutalmente entretenido. Su éxito se ha dado en llevar al extremo historias igualmente absurdas e interesantes, siempre con la intención de hacer algo único y visualmente fascinante. En Hypnotic (Hipnosis: Arma Invisible) parece que Rodríguez quiere crear algo completamente alejado del cineasta que siempre ha sido y el resultado le pasa factura.
Ben Affleck interpreta a Danny Rourke, un policía en la ciudad de Austin, Texas, obsesionado con la repentina desaparición de su hija. Su compañero Randy Nicks (JD Pardo) y él están rastreando una serie de robos de bancos cuando aparece un sospechoso que llama la atención de Danny. Pronto se da cuenta el hombre tiene un poder inaudito por hipnotizar gente y se dirige a una caja fuerte simplemente dando instrucciones a las personas.
Cuando lo sigue, pese a la presión de Randy por no hacerlo, descubre una foto de su hija desaparecida en la caja que dejó atrás. En la azotea del edificio, se encuentra con el sospechoso, de nombre Lev Dellrayne (William Fichtner), quien se escapa con sus capacidades hipnóticas.
Lev deja atrás una pista que lleva a Randy con Diana Cruz (Alice Braga), una psíquica que puede ser la llave para resolvert el misterio.
Lo que sucede a partir de ese momento es mucho de lo que se espera del género: giros y cambios constantes, revelaciones, juegos psicológicos. El gran tema con el que Hypnotic se tropieza una y otra vez es la exposición. Tantas veces tienen que explicar qué hacen los “hipnóticos”, sus poderes, capacidades, etc., que termina por agotarnos.
Rodríguez dirige acción como nadie pero aquí, a la hora de sacar una actuación verosímil de Affleck, se nota que está fuera de su elemento. Y es que Affleck se siente acartonado, emulando la voz que usó para Batman pero sin carisma y muy predecible.
Hypnotic no es mala bajo ninguna medida, pero intenta mantener al espectador tan a la expectativa, que los giros de trama terminan por cansar y volverse predecibles.
Sin embargo, quizás sea el principio de un Robert Rodríguez saliéndose de su zona de confort, buscando un cine más serio y comprometido. Y si no lo es, en este sitio siempre seguiremos siendo su fan.
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