Hombre Lobo – Reseña
Desde hace tiempo, quizás desde los 80′, no hemos tenido una obra cinematográfica que refleje como se debe el mito del hombre lobo. Hay que decirlo: se trata de una transformación compleja de reflejarse en pantalla sin verse ridícula. Las más épica de todas fue, quizás, la de an American Werewolf in London, que fue traumática para quienes la llegamos a ver en nuestro años mozos.
Ahora, el director y guionista Leigh Whannell, que suele no fallar, se lanzó, de la mano del productor Jason Blum, a reinventar el mito para los nuevos tiempos. En Wolf Man (Hombre Lobo), el monstruo no es alguien en particular sino un mito que radica en los bosques de Oregon.
El niño Blake (Christopher Abbott) sale con su padre de cacería. Pero quiere probarse ante él y su dureza. El problema es que su padre sabe que el bosque es un lugar hostil, lleno de peligros en cualquier esquina. Cuando se separan por un momento, en que el ávido Blake anda quiere impresionarlo y dispararle a un venado, escuchan un ruido que no parece de este mundo.
Ambos suben a una torre de observación a esconderse de la bestia y, aunque no la ven y salen ilesos, Blake comprende que hay algo oscuro. Su miedo se confirma cuando escucha a su padre hablar por su radio aficionado con alguien asegurando que se ha enfrentado a la bestia lobo que merodea los bosques.
Treinta años después, Blake lleva una vida tranquila en la ciudad con su esposa Charlotte (Julia Garner) y su hija Ginger (Matilda Firth). Aunque, como vemos pronto, Blake tiene ese “perro” en él (get it?) y busca controlarlo lo más que puede, evitando convertirse en su propio padre.
Como es de esperarse, Blake recibe un llamado que, hasta cierto punto, había esperado. Su padre, que ha estado perdido durante tres años tras salir al bosque de Oregon, ha sido declarado muerto y todos sus bienes han sido transferidos a su nombre. Blake quiere reconectar con su familia y los convence de tomarse un tiempo para visitar la vieja cabaña.
Algo perdido con su familia intentando llegar a su antigua casa, se encuentra a un Derek (Benedict Hardie), viejo conocido que promete llevarlo a su propiedad. Pero en el camino, ven a una bestia humanoide que lo obliga a desviarse y caen por un barranco. Pese a no sufrir grandes daños, algo poderoso arrastra a Derek mientras ellos corren a refugiarse a la casa.
Lo que sigue es una batalla psicológica y física por proteger la identidad de lo más preciado que tiene: su familia. Blake debe luchar contra monstruos físicos y metafóricos mientras evita convocar el doloroso pasado del que salió.
Hombre Lobo tiene varios problemas. El principal, es que no es lo suficientemente aterradora. El terror slow-burn de Whannell no se traduce aquí como se espera y el público predice perfectamente lo que va a suceder sin generar el shock necesario. Además, el mensaje es demasiado obvio y literal, tanto que estorba para crear una atmósfera impredecible y terrorífica.
Pese a ello, se trata de una película bien lograda y que realmente intenta crear una nueva mitología alrededor de un monstruo que no ha recibido el lugar que se merece. Por desgracia para nosotros, esta no es la película que lo reivindique.