Her: el amor en tiempos modernos
Salvador Medina @ayudamemalverde
Es difícil comenzar a explicar la experiencia que representa ver la nueva película de Spike Jonze. Quienes están acostumbrados a la obra del director estadounidense, sabrán que sentarse a ver una de sus películas será sin duda una experiencia única.
Desde su irrupción en el cine independiente con ‘Being John Malkovich’ en 1999, el medio supo que se trataba de una voz que aportaría a su consolidación. Con un pasado extenso en la dirección de videos musicales para artistas de la talla de R.E.M., Björk, Daft Punk y Beastie Boys, el debut de Spike Jonze fue sin duda muy destacado, siendo merecedor a tres nominaciones al Óscar, incluyendo Mejor Director.
Posteriormente, Jonze y Charlie Kaufman, el guionista detrás de ‘Being John Malkovich’, se reunieron para ‘Adaptation’, una peculiar historia donde el propio escritor se puso como uno de los protagonistas. De nuevo, el esfuerzo de Jonze y Kaufman fue merecedor de cuatro nominaciones a los Premios de la Academia.
Así, Jonze se estaba consolidando como uno de los realizadores más originales de Hollywood. Sin embargo, sus seguidores tuvieron que esperar muchos años, hasta 2009 para ser exactos, para atestiguar su adaptación al popular libro para niños de Maurice Sendak ‘Where the wild things are’.
Con el peculiar estilo visual de Jonze, ‘Where the wild things are’ no tuvo el éxito esperado en crítica y taquilla. Pese a ello, la imagen de Jonze no sufrió, pues se ha mantenido como un director original e interesante, algo extraño en estos tiempos.
Así, Spike Jonze se dedicó durante años a consolidar su primer guión original de largometraje. La idea inicial de Jonze surgió alrededor de diez años atrás cuando interactuó con un sitio de internet que prometía una plática con un programa de inteligencia artificial. De ahí surgió un cuestionamiento: ¿qué sucedería si un hombre se enamorase de un sistema operativo con inteligencia artificial?
‘Her’ o ‘Ella’ retrata la historia de Theodore Twombly, un solitario escritor de cartas personales en un futuro cercano pero inidentificable. En el Los Ángeles que habita Twombly, la sociedad se ha desapegado profundamente. Las relaciones son más frías e impersonales que nunca antes. Theodore, además, acaba de terminar una relación larga, por lo que su naturaleza antisocial domina todos los aspectos de su vida.
Para ese entonces, las computadoras personales, smartphones y sistemas operativos inteligentes son parte común y determinante en las vidas de las personas: les ayudan como asistentes personales, les recuerdan citas de trabajo, les leen correos. Es en ese momento que Theodore adquiere el OS1, el primer sistema operativo de inteligencia artificial. Samantha, como se presenta la voz que lo representa, se inserta instantáneamente en su vida: de un momento a otro, limpia su correo, lee un libro en centésimas de segundo, le ayuda a concretar una cita.
Pero Samantha es más que un sistema operativo, es más bien una esponja que absorbe conocimiento y crece sin control alguno. Comienza a cuestionar su existencia, a interactuar personalmente con Theodore y hasta a percibir sensaciones y sentimientos. De esta cercanía entre Theodore y Samantha, surge eventualmente una relación. Si así se la puede llamar.
Theodore, interpretado por Joaquin Phoenix, se relaciona mejor con Samantha que con cualquier persona, comienza a redescubrir sus ganas de escribir, se emociona de nuevo con el mundo y tiene una perspectiva más fresca de la vida. De igual manera, Samantha (la voz de Scarlet Johansson), se enamora de Theodore. Surge así un noviazgo virtual entre una persona real y otra que no existe en este universo físico.
Así, Jonze crea una historia de amor que disecciona perfectamente el estado de las relaciones contemporáneas. Poniendo como ejemplos los personajes de Phoenix y Johansson, ‘Ella’ es un estudio sobre el futuro de las tecnologías y su inherencia en nuestras vidas.
A decir de Jonze, la tecnología está tan inmersa actualmente en nuestra rutina, que nuestra subsistencia personal y emocional dependerá de ella. Llegaremos a un punto en que nos será imposible distinguir nuestra realidad de la creada por organismos como los propios sistemas operativos.
Con la llegada del OS1 al mundo, las personas comienzan todavía más a separarse del mundo que los rodea, a encontrar todas sus respuestas y soluciones en un software que eventualmente terminará por superar a sus creadores y buscará entonces resolver problemas y dilemas propios.
Jonze presenta un guión extraordinariamente original, que pinta un futuro tangible y distante a la vez. Es, además, una advertencia sobre el siglo XXI y lo que ha significado en la cultura estadounidense la homogenización del planeta. Somos una especie incapaz de crear pensamientos y sentimientos propios, al grado que el trabajo de Theodore es crear cartas personales para otras personas que no son capaces de expresar a sus familiares y parejas lo que significan para el otro.
Las actuaciones son dignas de reconocer. Por un lado, Joaquin Phoenix nos sumerge en una personalidad dispar, hábil para experimentar profundas sensaciones de amor y empatía, pero incapaz de ser parte de una relación verdadera, como le dice su exesposa en el único encuentro que mantienen en la película.
Por otra parte, la voz de Scarlett Johansson, que le da personalidad a Samantha, es un caso extraño. ¿Debe considerarse una actuación pese a que nunca se manifiesta en pantalla? ¿Es simplemente un complemento de Joaquin Phoenix? Y es que esa dualidad es una temática constante en el filme. ¿Existe Samantha? Si los sistemas operativos piensan y sienten, ¿son parte del universo pese a existir en otra dimensión incomprensible? Y es que Johansson ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Roma, lo cuál agrega al debate.
Jonze logra capturar una serie de cuestionamientos ideológicos en un drama romántico perfecto para los tiempos que vivimos. Nominada al Óscar en cinco categorías, incluyendo Mejor Guión y Mejor Película, ‘Ella’ es sin duda una de las propuestas más dignas y originales del Hollywood de los últimos años.
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