‘Escalera al infierno’ – Reseña
Salvador Medina
Escalera al infierno (The Cellar) comienza con un muy usado recurso en las películas de terror: una familia se muda a una vieja y misteriosa casa que oculta infinitos secretos.
Keira (Elisha Cuthbert) y Brian (Eoin Macken) toman la decisión de llevar a su familia allá pese a las constantes quejar de Ellie (Abby Fitz), una problemática adolescente que choca constantemente con su madre. El más pequeño Steven (Dylan Fitzmaurice Brady), mientras tanto, ofrece poca resistencia y llega directamente a jugar videojuegos.
En la primera noche, Keira pide a Ellie cuidar a su hermano menor mientras ellos atienden una última junta antes de un pitch que puede determinar el futuro de su empresa. Antes de partir, Ellie se queda encerrada en el sótano de la casa por unos segundos, como una especie de advertencia de lo que habrá de venir.
Ya solos, Ellie y Steven tiene experiencias completamente distintas. Él se dedica a sus videojuegos mientras que ella se lamenta por teléfono con un amigo sobre su situación. Pero de pronto la curiosidad los llama. Entre las infinitas reliquias del lugar, se encuentra un gramófono que Steven encuentra absolutamente desconcertante. Ellie reproduce el vinil que ahí se encuentra colocado pero no reproduce música sino la grabación de una voz. Sin tomarlo mucho en cuenta, ambos regresan a sus actividades. Hasta que la luz se va.
Ellie llama a Keira y ésta le dice que debe buscar la caja de luz en el sótano. “Son sólo diez escalones”, le reconforta. Enlazados en la llamada, Ellie comienza a contar conforme desciende. Pero cuando llega al número final, la cuenta sigue. Y sigue. Y sigue.
Keira y Brian regresan a casa para notar que Ellie está desaparecida. Aunque están nerviosos, no se trara de algo inusual. La joven ya ha desaparecido algunos días en ocasiones anteriores y esperan que esta vez no sea diferente. Pero aunque intentan llevar cierta rutina, Ellie tiene la justificada sospecha de que hay algo rara en esa casa. Y, conforme más indaga en ello, más se da cuenta que la respuesta puede yacer en algo de otro mundo.
Inspirada en un cortometraje del propio director Brendan Muldowney, Escalera al infierno es un nuevo y fresco acercamiento al terror. Aunque carece de los saltos y oscuros momentos que son característicos del género, crea una atmósfera tétrica y macabra que se nos revela conforme la voluntad de Keira decide ir hasta las últimas consecuencias para encontrar a su hija.
Quizás la falla de Muldowney fue enfocarse demasiado en el contexto y la historia de lo que ahí sucede en lugar de crear mayores momentos de tensión que vayan in crescendo y generando expectativas en el espectador. Aunque no se trata de una película decepcionante ni mucho menos, el potencial era enorme. Pero cualquier fanático del terror (y los no tanto) disfrutarán Escalera al Infierno por las razones correctas.
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