‘El Intruso’ – Reseña

Sep 10 • Spoiler Alert • 2162 Views • Comments Off on ‘El Intruso’ – Reseña

Salvador Medina

El thriller erótico parece ser un tema del pasado. No ha existido, en los últimos años, algún esfuerzo que logre reavivar un género desgastado y repetitivo. A menudo, aparecen esporádicas producciones que buscan revivir sus mejores momentos, en particular, enfocadas en personajes de raza negra. Y, más a menudo que no, escritas por David Loughery, un guionista blanco. Suena raro por varias razones: la primera, es que no hay muchas explicaciones para ello, puesto no hay siempre una temática racial. La segunda es que son películas insaboras. El nuevo ejemplo de ello es The Intruder (Intruso).

Deon Taylor dirige la nueva exploración racial de Loughery, que nos muestra en principio a la pareja perfecta en Annie (Meagan Good) y Scott (Michael Ealy). Tras recibir un aumento en su trabajo, Scott cede ante la propuesta de Annie de visitar la que puede ser la casa de sus sueños en el valle de Napa, California.

Ahí, todo parece perfecto. Hasta que aparece el dueño de la casa, Charlie (Dennis Quaid), cuya personalidad no encaja del todo con Scott. Pero Annie ve en Charlie a un solitario viudo que sólo quiere atención. Pese a la fricción entre ellos en un principio, Charlie considera que son los inquilinos que estaba buscando.

Es así que la pareja se muda a Napa, a lo que parece la casa perfecta. Pero pronto se dan cuenta que Charlie no se ha mudado del pueblo como les había asegurado, sino que hace visitas esporádicas para dar mantenimiento a las labores a las que está acostumbrado, algo que irrita más a Scott que a Annie.

Pronto, la tensión entre ambos hombres comienza a aumentar y a convertirse en potencial violencia, sobre todo cuando Charlie muestra una inevitable obsesión con la bella Annie. Pero ella no cree que la presencia de Charlie sea perjudicial, y los problemas entre Annie y Scott comienzan a florecer.

Intruso es una plasta de clichés y lugares comunes que no termina por concretar algo meramente relevante o entretenido. Si la premisa es común y ordinaria, la ejecución está al mismo nivel. Sólo Meagan Good se salva (a ratos) y más por lo que proyecta que por el personaje que interpreta.

Intruso está rematado por un Dennis Quaid insportable, que Hollywood parece darle trabajo por su complicado divorcio de Meg Ryan. Se ha convertido en ese tío intolerable cuya simple expresión idiótica te hace apretar los dientes. Con el tiempo, ha demostrado una verdad ineludible: se trata de un mal actor, simple y llanamente.

Lo peor de Intruso no es su mediocridad, es que se conforma con ella. No toma riesgos, no inventa, no se atreve. Está tan atada a su propia fórmula que se asfixia en ella.

Aquí una muestra de las inexplicables expresiones de Quaid durante ‘Intruso’

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