El entretenimiento frente a la pandemia
Salvador Medina
La propagación del COVID-19 alrededor del mundo ha significado una sacudida a todos los sectores. Gobiernos de todo el mundo han restringido la reunión de cierta cantidad de personas, han instado a las empresas a trabajar desde casa y el sector salud ha sido rebasado ante la creciente demanda.
Si bien la iniciativa de “distanciarse socialmente” ha sido sin duda benéfica para los servicios de streaming, el mundo del cine vio esta amenaza como una oportunidad invaluable. Y es así que Universal anunció que estrenaría sus películas, a partir del 20 de marzo, en plataformas en línea. Otros estudios siguieron el paso.
Hollywood, en lugar de ser en un observador pasivo de lo que está ocurriendo, tomó acciones que sin duda sacuden al mundo del entretenimiento a nivel global. Claro que las grandes y pequeñas distribuidoras de Estados Unidos hicieron un llamado a la calma.
La Asociación Nacional de Dueños de Teatros (NATO, por sus siglas en inglés), que une a empresarios de Estados Unidos y otros 98 países, lanzó un comunicado reconociendo los efectos del COVID-19 en la industria.
“Aunque ha existido especulación en los medios sobre el efecto que el cierre temporal de salas de cine tendrá en acelerar los estrenos comerciales hacia el streaming, tales deducciones ignoran la lógica financiera de los estudios. Para evitar pérdidas catastróficas para los estudios, estos títulos deben tener el estreno más grande posible alrededor del mundo. Aunque dos o tres títulos podrían no tener un estreno comercial, es de nuestro entendimiento, tras pláticas con las distribuidoras, que la gran mayoría de los estrenos de reprogramarán una vez que las cosas las cosas regresen a la normalidad”.
Es lógico pensar que dicha reprogramación significará un golpe durísimo a las expectativas de los grandes estudios, considerando la importancia que tienen ya los mercados internacionales en sus ingresos. Pero lo cierto es que esta medida es necesaria y bien concebida.
Las plataformas de streaming, llámense Netflix, HBO Go, Prime Video, han sido innovadoras y arriesgadas en los últimos años, atrayendo con ello a talento de talla mundial para producir contenidos exclusivos. Le faltaba a Hollywood un incentivo para reconsiderar su modelo a futuro. Si bien no se trata de algo permamente (lo más probable), sí obliga a los ejecutivos a pensar en los nuevos públicos y su forma de consumir entretenimiento.
Si bien se trata de una medida de reacción ante la crisis, será un interesante periodo de prueba para descubrir si se trata de un modelo que Hollywood pueda adoptar para ciertos títulos.
Aunque las exhibidoras y los estudios han vivido los últimos años en un ambiente de tensión dados los cambios en la industria del entretenimiento, éste puede ser un momento clave para ambos. Las próximas semanas y la duración de la crisis de salud serán un punto de inflexión para la sociedad y la forma en que consume cultura.
Por ello, también casas editoriales han puesto a disposición del público libros de forma digital que antes no habían tenido distribución de esa forma, e incluso regalando para descarga libros destacados de autores contemporáneos.
Estamos sin duda ante una situación sin precedentes. Y al final, quien terminará de decidir el destino del entretenimiento, será el consumidor.
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