¿El crowfunding en peligro?: las lecciones de Veronica Mars
Salvador Medina @ayudamemalverde
Hace menos de un año, repasamos en este espacio la campaña para llevar a la pantalla grande la historia de ‘Veronica Mars’, una serie discreta con los ratings pero con una fidelidad pocas veces en espectadores, sobre todo hoy en día.
‘Veronica Mars’, una serie creada por Rob Thomas, duró tres temporadas al aire. Pese a su breve duración, la serie y su protagonista, Kristen Bell, se quedaron con un mal sabor de boca al ver su estadía en la pantalla chica terminada de manera prematura.
De nuestro texto anterior: “Tras años de esfuerzo, Thomas y Bell convencieron a Warner Bros, los dueños de los derechos de transmisión, de buscar financiamiento para una película. El trato fue simple: los fans se encargarían de financiar dos millones de dólares para la producción y Warner Bros Digital Distribution se encargaría de la publicidad y distribución.
“A través de redes sociales, Bell y Thomas se encargaron de anunciar a los miles de fans sobre las intenciones de levantar el proyecto. Y es que en los últimos años, sitios como Kickstarter o Indiegogo han permitido que cineastas independientes financien sus filmes a través de campañas en dichas plataformas de cooperación”.
A partir de ese momento, más de cien mil fans donaron 5.7 millones de dólares para llevar la película a la realidad. Según la propuesta de los creadores de ‘Veronica Mars’, quienes invirtieran 35 dólares, recibirían la película en versión digital apenas días después del estreno comercial, además de una camiseta, videos semanales con actualizaciones de la producción y otros extras.
Así, el fin de semana la película llegó a salas comerciales y a los inversionistas de Kickstarter a través de distribución digital. Pero desde un principio, los usuarios se quejaron de la descarga virtual. Cientos de fans que apoyaron el proyecto, se dijeron insatisfechos al no poder obtener lo prometido.
“Warner Bros Digital distribuyó la película a través de Flixster, que es (entre otras cosas) una aplicación frontal para el servicio de películas UltraViolet. Existieron múltiples reportes de fans que se encontraban frustrados, incapaces de acceder a la copia digital prometida por la campaña de Kickstarter”, describió Peter Sciretta para SlashFilm.
Por ello, Warner se vio obligado a prometer una devolución a quienes no pudieron obtener la versión digital del filme. Pero las muestras de molestia no se quedaron ahí.
En la propia página de Kickstarter, los usuarios se quejaron sobre las restricciones de región que mantiene el sistema de UltraViolet y que no les permitió acceder desde ciertos países. Además, el hecho de que no existiera la opción de obtener el filme a través de otras plataformas como iTunes o Amazon, habló de la inflexibilidad del estudio ante la situación.
El usuario Jon Benavides en Kickstarter dijo: “debo admitir que estoy muy decepcionado por no haber podido ‘bajar’ mi copia y en cambio tener que aceptar otra ‘membresía’, nombre de usuario y contraseña y no puedo verla cuando quiero y donde quiero. Eso me molesta. Apoyé otra película en Kickstarter y obtuve lo que quise”.
El gran problema de la falta de compromiso por parte del estudio tiene que ver con que se trataba de un problema previsible. El propio Sciretta documenta haber tenido problemas desde hace años con UltraViolet. La restricción de contenidos es demasiado grande y la manera en que el servicio digital interactúa con diferentes aparatos es molesta y frustrante, asegura.
Fuera de los problemas técnicos, los críticos de cine han encontrado otro problema con la película: la película misma. Linda Holmes escribe para el blog de la NPR (National Public Radio) que el problema de las películas financiadas por medio del crowdfunding podría ser que busquen complacer demasiado a quienes las financian.
“Aquí es donde ese modelo de negocios, ese crowdfunding que es tan prometedor, puede tener una desventaja. La película (Veronica Mars) se siente más como algo conmemorativo que creativo; más como un regalo para colocar en un estante que una extensión de la historia”.
Las lecciones, pues, parecen ser obvias. Pero el aparente éxito de ‘Veronica Mars’ puede provocar que otros estudios reacios a financiar proyectos, lancen iniciativas a través de plataformas originalmente concebidas para nuevos cineastas y acaparen otros sectores del mercado, privando a otros de recursos necesarios.
Y pese a que el sistema de crowdfunding demostró estar apenas en pañales tras estos esfuerzos, lo cierto es que sigue siendo una gran herramienta para algunos. Pero es necesario que se mantenga un equilibrio en las formas de financiamiento para dejar espacio a quienes más requieren del apoyo de plataformas como Kickstarter y otros modelos de los nuevos tiempos.
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