‘Crimes of the Future’ – Reseña
Salvador Medina
Pocos cineastas han logrado discernir el futuro como David Cronenberg. Su visión tiene una estética particular, es cruda, es imaginativa, visceral. En Crimes of The Future, Cronenberg regresa a esa obsesión que le hizo explotar con Crash: la búsqueda de una nueva sexualidad.
En un futuro cercano, la humanidad ha evolucionado y se ha adaptado a una naturaleza más sintética. Los humanos pueden desarrollar nuevos órganos y eso se ha vuelto parte de la cultura y el arte. Saul (Viggo Mortensen) y su pareja Caprice (Léa Seydoux) son celebridades que han llevado esta especie de síndrome a una nueva etapa.
Saul crea nuevos órganos y Caprice los tatúa y extirpa en exhibiciones al público que funcionan como una especie de perfomance y los dona al registro nacional de órganos. Ahí trabajan dos burócratas, Wippet (Don McKellar) y Timlin (Kristen Stewart) que se derriten al conocer el trabajo de Saul. Al mismo tiempo, Saul y Caprice son contactados por Cope (Welket Bungué) un detective determinado a destruir una misteriosa célula comandada por Lang Dotrice (Scott Speedman).
La intrigante trama se desarrolla de manera subrepticia, con un ritmo lento y que abusa de la exposición. Cronenberg nos explica tanto a través de los diálogos que, en ocasiones, toda la atención se vuelca a eso.
El ambiente en que se desenvuelve la película es deliberadamente perturbador, a la mejor manera de Cronenberg, pero no se siente suficiente para sostenerla hasta el final.
Crimes of the Future es visualmente asombrosa e incómoda, pero puede llegar a ser tediosa. No hay suficiente en juego para atrapar a la audiencia. Como suele ser un tema subyacente en la filmografía de Cronenberg explora una nueva forma de erotismo. El cuerpo humano es el nuevo lienzo.
Se trata de un cineasta obsesionado con reflejar el sexo de una manera atrevida y, aunque es una experiencia cerebral como las que nos tiene Cronenberg acostumbrado, parece un poco haber perdido ese toque exquisito que lo ha hecho uno de los cineastas más únicos y relevantes.
El gran tema no es la temática o la ejecución, es literalmente la trama. Estorba. Se mete en medio de la temática y evita que su genial casting muestre su talento en pantalla. Crimes of the Future es una promesa que se queda corta, para desgracia de los incontables seguidores de Cronenberg.
Esperemos su redención pronto.