‘Crazy Rich Asians’ – Reseña
Salvador Medina
A menudo llegan películas que refrescan la oferta en la cartelera y que, además, se sienta como una especie de desafío al status quo del cine. Crazy Rich Asians, basada en la novela Kevin Kwan, es justo eso.
Si algo han probado éxitos recientes como Get Out, Moonlight y el gigantesco blockbuster Black Panther, es que las minorías pueden ser garantía de taquilla, si hay detrás de ello una historia que conecte con cualquier tipo de público. Para Hollywood, quedaban dos grandes segmentos que han sido ignorados en taquilla: los asiáticos y los latinos.
Con Crazy Rich Asians (Locamente Millonarios), se destruye un estigma que no tenía razón de ser, sino gestado en el miedo de los propios ejecutivos, dominados por las tendencias que ellos mismos imponen en el mercado. Adaptada a la pantalla grande por Peter Chiarelli y Adele Lim, Locamente Millonarios es importante por más de una razón.
Primero, coloca frente a nosotros a un cast conformado completamente por actores de origen asiáticos. Y además, que están en un contexto completamente distinto al que estamos acostumbrados a verlos en películas contemporáneas.
En Locamente Millonarios, Rachel Chu (Constance Wu) es una profesora universitaria de Economía viviendo un romance perfecto y discreto con el educado y galante Nick Young (Henry Golding). Él le propone ir a su natal Singapur a conocer a la familia bajo el propósito de la boda de su mejor amigo Colin (Chris Pang). Además, Peik Lin (Awkwafina), su vieja compañera de la universidad, le ha pedido que vaya visitarla y sería un buen momento para ello.
Pero mientras sucede la conversación, un par de jóvenes toman fotos de ambos que prontamente circulan por toda la clase alta asiática y llegan a manos de Eleanor (Michelle Yeoh), la madre de Nick, quien se entera que el joven pretende llevar a alguien a la boda. Ello sin duda significa un desafío, pues Rachel no es de clase acomodada como ellos y puede significar un obstáculo para que regresa a tomar las riendas de la empresa familiar en Singapur.
Es así que Rachel no sabe todo lo que debe conocer de Nick. Y cuando llega a su destino y puede hablar con Peik Lin, dimensiona todo: Nick es hijo de la familia más adinerada de Singapur y sin duda el heredero claro del negocio.
Rachel se siente como un pez fuera del agua, pero encuentra refugio en la prima Astrid (Gemma Chan), quien el propio Nick considera la de mejor corazón de la familia. Pero su integración con los – será más difícil de lo que ella cree y será un obstáculo entre el amor de ambos.
Se trata en el corazón de una historia de amor clara y llana. Pero en el camino, Locamente Millonarios derrumba mitos asiáticos y nos deja entrar al corazón de su cultura. Como sucede en otros países, existen tradiciones que no deben romperse, complejos y hasta discriminación entre ellos mismos. De ahí que la historia de Rachel sea una lucha contra eso y contra lo que pronto descubre sobre sí misma y su papel como joven de ascendencia asiática.
Rachel para ellos es un extraño, pues creció toda su vida en Estados Unidos. Por ello, no respeta las costumbres que los Young tanto tiempo se han dedicado a conservar y proteger, pese a que hable mandarín a la perfección.
Locamente Millonarios tiene todos los elementos para convertirse en un clásico del género. Además de tener los elementos requeridos para ser una comedia de época, nos coloca en una cultura que sigue siendo un enigma para gran parte de Occidente. Y lo logra de manera refrescante, original y sobre todo, hilarante.
Muestra un lado extravagante y pocas veces visto de la cultura asiática: más superficial y competitivo, en el que todos comparan quién tiene más, cuánto gastaron en sus bodas y qué mujer acumula más cirugías plásticas.
El personaje de Peik Lin, la mejor amiga y aliada de Rachel, es un giro al típico mejor amigo dispuesto a embarcarse en la aventura con nuestro héroe. Y tanto Nick como Rachel son protagonistas digno de una comedia con tan altas expectativas. Además, tanto Astrid como Eleanor son fuertes mujeres asiáticas, que cada una a su manera, buscan hacer lo mejor por su familia.
Logra su cometido y algo más, literalmente rompiendo paradigmas sobre quiénes deben ser las caras de una película. Hollywood debe entender que las concepciones que se tienen sobre los actores que deben estar al frente de grandes franquicias o presupuesto, se está desmoronando todos los días. Y Locamente Millonarios es prueba de que no sólo el mercado asiático está listo a explorarse, sino que dentro de su propio país, la demografía ha cambiado.Y deben escuchar al público y las historias que está pidiendo.
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