Broker: Intercambiando Vidas – Reseña

Aug 3 • Spoiler Alert • 369 Views • Comments Off on Broker: Intercambiando Vidas – Reseña

Salvador Medina

Hirokazu Koreeda se ha convertido en corresponsable de la gran ola de cine coreano que ha elevado las expectativas de cinéfilos de todo el mundo. Después de múltiples nominaciones, logró ganar la Palma de Oro en Cannes con Shoplifters, el prolífico cineasta ha entregado anualmente obras dignas del estándar que él mismo ha fijado. La más reciente es Broker, un sensible y conmovedor relato que encuentra esperanza en lugares imposibles.

Song Kang-ho es monumental como Sang-hyun, la mitad de un grupo de traficantes de niños que toman a bebés abandonados en iglesias y los venden a familias en busca de la oportunidad que no han tenido. Aunque suelen ser selectivos de las personas a las que entregan a los pequeños, la presión económica les ha apretado el paso. Sang-hyun está a punto de perder su negocio, una pequeña tintorería, ante la presión de un arrendador que tiene nexos con la mafia.

Su compañero, el callado Dong-Soo (Gang Dong-won), es más cerebral pero siempre con la intención real de rescatar a los bebés de la vida en un orfanato. La noche en que los conocemos, una joven mujer está abandonando a su cría en un “baby-box”, una puerta para madres donde pueden dejar a sus hijos para ser cuidados por alguien más.

Pronto, vemos que Moon So-young (Ji-eun Lee) dejó al bebé fuera de la caja, por lo que Su-jin (Bae Doona), una policía tras la pista de ambos traficantes, la coloca en su lugar y le salva la vida. Pese a ser abandonado con una nota donde la madre asegura que volverá, Sang-hyun y Dong-won saben lo que eso significa: una de cada 40 madres vuelva a recuperar a su infante. Por ello, borran el video y proceden a encontrarle hogar al pequeño.

Sin darse cuenta de que Su-jin y la detective Lee (Lee Joo-young) están detrás de su pista, So-young regresa por su hijo, todavía renuente a criarlo sola o entregarlo. Es así que los cuatro se embarcan en un viaje que los llevará a redescubrirse y confrontarse consigo mismos, en una fabulosa fábula sobre la familia, el abandono y el perdón.

En Broker, Koreeda ahonda en su obsesión sobre lo que realmente significa ser una familia. Este grupo disfuncional, á la Little Miss Sunshine, toma las carreteras de Corea en busca de una cosa y encuentra otra: no lo que quieren sino lo que necesitan.

Sin sentimentalismos y con un ojo bien educado por el melodrama, Broker es mismas partes drama y comedia. Nos enamora al tiempo que nos hace extrañar algo que desconocemos. Koreeda sabe movernos hasta las lágrimas y enamorarnos de estos personajes y su pathos.

Dentro de la ya fantástica filmografía del director coreano, Broker encuentra un lugar cerca la cima. Una película monumental, íntima y casi perfecta.

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