‘Bad Boys for Life’ – Reseña
Salvador Medina
Will Smith y Martin Lawrence conquistaron la pantalla en la década de los 90′ con su química, sus espectaculares persecusiones y acción al pormayor. 25 años después, el dúo regresa, como ellos mismo dicen, por una última vez.
En Bad Boys Por Siempre (Bad Boys for Life), la tercera entrega de la franquicia, Smith y Lawrence se atreven a arriesgarse con sus stunts, con una trama que va un poco más allá que los tradicionales blockbusters pero siempre con la personalidad que caracteriza a esta franquicia.
Ya sin el lastre que significaba el recargado estilo de Michael Bay como director, Bad Boys encuentra vida por su cuenta. Los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah se apoderan de la franquicia y la traen a los nuevos tiempos, haciendo guiños a las entregas pasadas y, como es costumbre, recurriendo a la nostalgia pero lo hacen a su manera y de manera hilarante, con unos gags y recursos hechos para los fanáticos.
En Bad Boys por Siempre, no se tocan el corazón para ser ellos mismos el punto de la broma. Por un lado, Marcus (Lawrence) retraído por el hecho de ser abuelo y cuestionando seguir en la fuerza policial de Miami. Y Mike (Smith) incapaz de reducir su ritmo de vida y ajustarse a tiempos en que su estilo se siente desgastado.
Además, la presencia de Rita (Paola Nuñez) en su vida, es un constante recordatorio de que no ha encontrado el amor a estas alturas. Rita no sólo es la nueva teniente en Miami, sino que comandará AMMO, una nueva fuerza especial que utiliza recursos tecnológicos de punta para hacer su labor.
Cada uno a su manera debe enfrentar a un nuevo enemigo que parece más letal y preparado que cualquier que hayan enfrentado hasta ahora. Y su amistad e integridad se pondrán al límite cuando sus vidas y las de sus familias estén en peligro.
Sobra decir que Bad Boys por Siempre es la mejor entrega de la franquicia y que abre una puerta para expandir un universo que tiene todavía historias que contar. Lawrence y Smith se reinventan como personajes y como actores, al mismo tiempo recordándonos el éxito de los chicos malos y su impacto en la cultura popular, pero sobre todo volviéndose instantáneamente relevantes de nuevo.
Además de ser una película entretenida, absolutamente hilarante y con las escenas de acción que acostumbran, encuentra mucha fuerza en la diversidad de los actores y en la capacidad de los actores de verse a sí mismos y reflexionar sobre sus propias vidas.
Pese a que hay momentos absurdos de la trama (como es de esperarse) y un par de momentos deus ex machina que sirven sólo para avanzar la historia, Bad Boys supera esas fallas con creces.
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