‘Angry Birds 2’ – Reseña
Salvador Medina
Hay franquicias cuya existencia provoca que nos duela la cabeza. Angry Birds era una de ellas. Y repito: era.
Inspirada en el popular juego, Angry Birds tomó la libertad de darle una historia remotamente coherente a una aplicación cuyo propósito es lanzar pájaros a cerdos. Y aunque la primera entrega fue recibida con durísimas críticas y una taquilla bastante mediocre, pese al talento en voces de Jason Sudeikis, Josh Gad, Bill Hader y más.
Con la segunda entrega, la franquicia se reivindica consigo misma y entrega un producto bastante entretenido, con momentos hilarantes, otros obvios y sosos, pero que no deja de intentar en ningún momento.
Red (Jason Sudeikis) ha mantenido a salvo Isla Pájaro de los ataques de los cerdos. Las bromas entre ambas islas continúan pero se trata más un ejercicio de orgullo que de algo que los ponga en peligro. Es entonces que, del otro lado del mar, cae algo del cielo que los hace girar hacia el mismo lugar.
Se tratan de bloques de hielos gigantescos que parecen estar dirigidos hacia ambos lugares. Con un dron, Leonard (Bill Hader), el líder de los cerdos, descubre que se trata de una nueva amenaza: Zeta (Leslie Jones), una águila despechada que quiere hacer de ambas islas su nuevo y cálido hogar, lejos del gélido lugar que habita.
Aunque Red está renuente a aceptar la tregua, pronto se da cuenta que Leonard no quiere engañarlo. Ambos deben reunir a un equipo que detenga a Zeta y salvar a ambas islas. Es así que Chuck (Josh Gad), la mano derecha de Red, recurre a su hermana Silver (Rachel Bloom), cuya dinámica amenaza el papel de Red.
Y es que desde que salvó la isla, Red ha encontrado una identidad como salvador de los pájaros, en un lugar en el que creció alejado de todos, sin amigos y sin prospectos. Es así que debe lidiar con ambos peligros: el ser ignorado de nuevo y el peligro que corren los suyos.
Angry Birds 2 se tomó su tiempo para reinventarse y así entregar una película muy divertida, más enfocada en el público infantil, pero con detalles y gags para todos en la familia. Y aunque pudimos ver la película en español, no pierde un tiempo.
Es encantadora y con un gran mensaje, aunque ese mensaje sea demasiado obvio en ocasiones.
Por otra parte, es una franquicia con el enorme pendiente de tener una personalidad propia y una narrativa que supere esta segunda entrega, algo que parece difícil. Pero si Angry Birds 2 es la última película de la franquicia, se habrá de quedar con el grato sabor de boca de haber hecho una película que valiera la pena.
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