‘Aliados’: Casablanca para nuestros tiempos

Jan 9 • Spoiler Alert • 3033 Views • Comments Off on ‘Aliados’: Casablanca para nuestros tiempos


Salvador Medina @ayudamemalverde

Rodeada de escándalos previo a su estreno, Aliados (Allied) es una de esas películas cuyo resultado toma segundo lugar frente al impacto mediático que tienen sus protagonistas. Y planteada desde su origen como carnada para los Óscar, u Oscar Bait como se conoce en Hollywood, el nuevo proyecto de Robert Zemeckis contaba con muchos enemigos en el campo de batalla.

Aliados cuenta la historia de Max Vatan (Brad Pitt), un agente de inteligencia que, durante la Segunda Guerra Mundial, es asignado para viajar a Marruecos. Ahí debe encontrarse con Marianne Beausejour (Marion Cotillard), una espía francesa con quien debe pretender llevar una vida matrimonial exitosa. Pese a no conocerse con anterioridad, ambos llevan su papel a la perfección frente a propios y extraños, con el propósito de mantenerse con vida.

Es en esa intimidad, donde Max y Marianne comienzan un juego que lleva a confundir la línea en la que están jugando. Pero ambos tienen una clara misión: eliminar al embajador alemán en Marruecos. Para ello, deben filtrarse a una fiesta organizada por los Nazis.

“Mantengo las emociones reales, por eso funciona”, es una frase que Marianne repite en dos ocasiones a Max, y una de las razones por las que se encuentra renuente a caer en el juego de seducción. Pero un día previo a la misión, ambos se dejan llevar y caen en lo que se habían prometido evitar.

Es a partir de ese momento que Max se involucra emocionalmente con Marianne, completamente atraído por su personalidad y actitud. Tras concluir la misión, Max convence a su aliada francesa de casarse con él y vivir en Londres. Meses después, con la ciudad asediada por los alemanes, ambos intentan tener una vida normal, ya con una bebé que afianza su matrimonio.

Pero la amenaza de la guerra no cesa y Max debe llevar a cabo su misión más peligrosa: descubrir si su esposa es quien dice ser. Su misión se convierte en probar la inocencia de su amada, a quien debe ocultar sus intenciones para llegar al fondo de la verdad.

Aliados encuentra sus mejores puntos cuando se convierte en un thiller de espías. Las escenas de Max tras líneas enemigas interrogando a un borracho francés que conoce la identidad de Marianne, están llenas de tensión y grandes momentos de acción. Y Cotillard es sin duda el imán en pantalla, con su personalidad absorbiendo por completo a Pitt y dejándolo como secundario.

Brad Pitt plays Max Vatan and Marion Cotillard plays Marianne Beausejour in Allied from Paramount Pictures.

Pero lo nuevo de Robert Zemeckis se siente acartonado y plástico. La primera escena nos introduce a un mundo donde los efectos visuales llenan gran parte de los cuadros, con un Brad Pitt descendiendo en paracaídas sobre el desierto de Marruecos. Desde ese momento, Zemeckis y su fotógrafo Don Burgess abusan de ese recurso, que provoca que esta película de época se vea falsa y contraste con la historia que presenta.

Y Brad Pitt, cuya imagen actualmente nos recuerda más a sus escándalos personales que al destacado actor, jamás se presenta vulnerable. En todas las escenas, ya sea en la cotidianidad de Londres o en el campo de batalla, está peinado y maquillado como si estuviera listo para aparecer en la portada de Vanity Fair. Es parte de esta intención de actualizar Casablanca para nuestros tiempos con dos de los actores más representativos de la época. Pero como es de esperarse, no hay comparación entre ambos esfuerzos.

El guión de Steve Knight, inspirado en una historia real, carece de personalidad o giros que lleven a nuestros personajes a lugares inesperados. La forma más apropiada de describir Aliados es decir que se trata de una película blanda, que falla en su objetivo que hacernos conectar con la acción.

 

 

 

 

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