Uber y la necesaria movilidad en México
Salvador Medina @ayudamemalverde
Continúa el agitado debate sobre la legalidad de Uber, Cabify y similares para operar en la Ciudad de México. Como mencioné anteriormente, las protestas de taxistas en contra de las aplicaciones de transporte privado, han agitado las aguas de muchos y han provocado un constante debate sobre movilidad.
El pasado lunes se llegó al más alto nivel de tensión cuando taxistas de la Ciudad de México realizaron diversas protestas y cierres de avenidas para manifestar su descontentos. Y esto, provocó dos reacciones igualmente previsibles: en primer lugar, que la gente se volteara contra los protestantes. Y más importante aún, que Uber sea todavía más útil para sus potenciales usuarios.
Las consecuencias obviamente significaron un duro golpe para los taxistas y su gremio. Pero era de esperarse. Quienes utilizan ese tipo de aplicaciones son personas de generaciones más en contacto con las nuevas tecnologías y que ven en los métodos de siempre una especie de retroceso social.
De ahí que los usuarios de Uber utilizaran redes sociales para hacer sentir su descontento. Pese a que algunos lo ven como un tema social, no se podría estar más alejado de la realidad.
Los usuarios de Uber acuden al servicio porque ofrece opciones que los taxistas no: certeza en la llegada, claridad en los precios ofrecidos y seguridad. Se trata de una aplicación más práctica y fácil de usar. Y el hecho de ofrecer servicio de facturación, apela a un público distinto. Además que los precios son más altos, algo que ese tipo de consumidor asume de antemano.
Quienes marcharon el lunes, y peor aún, quienes organizaron las movilizaciones, ignoran o quieren ignorar estos aspectos. Es cierto, Uber debe aclarar los términos de lo que ofrece y explicar por qué “no es un servicio de taxis” sino un chofer privado. Pero si regulan a Uber y sus tarifas aumentan, sus usuarios continuarán haciendo uso de sus servicios.
Si Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, asegura que detrás de las marchas contra Uber existen intereses políticos, poco ayuda su decisión de organizar foros al respecto hasta después de las elecciones. Lo que provoca Mancera es más bien una incertidumbre relacionada directamente con la búsqueda de votos. Evitan tomar decisiones al respecto para no alejar de su partido los votos de un grupo organizado y finalmente, político.
En ese sentido, se dio a conocer que Felipe de la Cruz Menez, candidato de Morena por el distrito XVII de Iztacalco, es líder de los taxistas y responsable de las marchas que paralizaron a la Ciudad el pasado lunes 25.
Pese a tratarse de un grupo políticamente organizado, su plan era predeciblemente fallido. Como sucedió en decenas de otros países, las marchas y paros de taxistas contra Uber obligaron a la población a buscar alternativas. Y encontraron, lógicamente, a Uber.
Como era de esperarse, el paro provocó que la empresa creciera exponencialmente. Según Luis de Uriarte, director de comunicación de la aplicación, las descargas durante el día de marchas aumentaron 800 por ciento.
El jefe de Gobierno señaló que el gremio taxista es importante para la ciudad, ya que mueve a 1.5 millones de personas cada día, pero agregó que debe mejorarse el servicio.
“¿Qué debe hacer el gobierno? Dar los instrumentos para que este gremio mejore y para que a ellos les vaya mejor también”, señaló.
Evitar que servicios como Uber existan, significa que hace falta una profunda objetividad y análisis sobre la calidad del servicio de transporte público en la urbe más grande y caótica del país. Uber jamás sustituirá por completo al servicio de taxis, pero sí se ha colocado como una alternativa. Y por más que podamos hablar de las ventajas de ésta y otras aplicaciones, ha logrado consolidarse más por la absoluta falta de atención en los propios taxis y las bajas condiciones de seguridad con las que cuenta.
El Secretario de Movilidad del Distrito Federal, Rufino H. León dijo que “el taxi para la ciudad es muy importante y convoco al gremio taxista para ponerse a trabajar y subir la calidad del servicio de taxi, para que se puedan sumar al nuevo esquema tecnológico y como lograr que la ciudadanía tenga una calidad distinta en sus traslados”.
El gremio de taxistas se ve amenazado, más que por la falta de restricciones a los servicios privados, por su propia incapacidad de adaptarse y entender el mercado.
Pensar que Uber es un servicio exclusivo para cierto sector socioeconómico es desestimar la enorme necesidad de alternativas viales en la Ciudad de México. Estos servicios no son un capricho, son una respuesta ante la falta de soluciones que ha otorgado el propio gobierno.
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