Rompiendo con la televisión
Desde hace meses, se sabía que HBO, el canal de televisión de paga más influyente en el mundo a nivel de contenidos, establecería su propia plataforma ajena a los sistemas de paga.
El sistema, llamado HBO Now, funcionará a través de Apple TV. El anunció se dio el pasado nueve de marzo. Richard Plepler, director del canal, dijo que quienes se suscriban a la plataforma, tendrán acceso a toda la programación de HBO (pasado, presente y futuro). Esto es una relativa ventaja con otras plataformas como las de Yahoo! y CBS cuyos contenidos originales están en construcción.
¿Qué significa esto? Es simple: que la televisión está a punto de cambiar drásticamente.
Los proveedores de Internet más grandes de los Estados Unidos han hecho, desde hace años, esfuerzos para detener el tráfico de sus usuarios a placer. Utilizando lenguajes legales, lo que buscan empresas como Comcast es tener la libertad de reducir la velocidad de banda ancha cuando sus consumidores accedan sitios como Netflix, favoreciendo sus propias plataformas.
Este debate ha durado casi una década y ha significado una lucha constante por ambas partes. El sentido común ha ganado. Por ahora.
Pero lo que va a provocar este rompimiento con los tradicionales sistemas de paga es que la televisión, como medio, tendrá que cambiar. En primer lugar, la definición de televisión será obsoleta. ¿Qué será lo que consumamos cuando veamos programas como Game of Thrones a través de esta plataforma en una pantalla, ya sea una Tablet o un teléfono?
Muchos analistas comentan que lo que sostiene a la televisión son los deportes. Es decir, ninguna plataforma en línea ha adquirido los derechos de una liga o equipo profesional para su transmisión exclusiva. Las grandes cadenas de televisión abierta en Estados Unidos han mantenido ese público cautivo y, además, han buscado contenidos que están teniendo éxito en las pantallas de cine.
No es casualidad que diversos programas sobre super-héroes estén teniendo éxito en cadenas abiertas a partir de atraer a creadores capaces y altos presupuestos. En ese sentido, los canales han entendido hacia dónde se mueven las audiencias. Pero donde será imposible responder, será en la manera de competir con los canales de paga en primer lugar y, a media plazo, con las plataformas en línea.
La televisión en diez años
Existen todavía personas renuentes a creer que los cambios que está dando el medio del entretenimiento son definitivos. Pero si algo probó en Netflix es que dar absoluta libertad al consumidor, da una ventaja sobre el resto.
Muchos criticaron cuando House of Cards, la gigantesca serie (en términos de presupuesto, riesgo, talento) original de Netflix, fue puesta a disposición de sus usuarios en su totalidad durante la primera temporada. Algunos críticos señalaron que se trataba de algo muy radical, que no serviría.
Analistas escribieron que la gente utilizaría el primer mes que otorga Netflix a usuarios nuevos para ver la serie y cancelar su suscripción. Pero la apuesta significó una victoria. Más de lo que muchos esperaban. A partir de ese momento, Netflix se ha dado a la tarea de buscar creadores que puedan nutrir su catálogo de contenidos para las nuevas generaciones y que pongan a la plataforma por encima del resto. Incluso, Netflix ha segmentado esta búsqueda. No es casualidad que haya aprobado series originales de México y Brasil para captivar nichos específicos.
Si este caso de éxito no es suficiente, la empresa de mercadotecnia Experian realizó en 2014 un exhaustivo análisis sobre las cambios en el consumo del entretenimiento en Estados Unidos.
La competencia entre televisoras es dura, dice el estudio de Experian. No sólo las cadenas están compitiendo con empresas de cable y entretenimiento en línea, pero ahora el cine y la televisión están en competencia directa entre sí.
El estudio de Experian señala que la televisión sigue dominando el mercado, con un 94% de adultos que consumen algún tipo de contenido televisivo cada semana. Pero, lenta y seguramente, los teléfonos inteligentes y tablets abarcan un espacio: 24% de ellos consume entretenimiento en un Smartphone cada semana.
Pese a que la televisión domina actualmente, las tendencias aseguran que el entretenimiento se está moviendo inevitablemente. Según Experian, casi una cuarta parte de adultos jóvenes (entre 18 y 34 años) que tienen una suscripción a plataformas de distribución digital como Netflix y Hulu, no pagan televisión.
“Para octubre de 2013, 48% de los adultos estadounidense y 67% de aquellos menores de 35 años, ven contenido en línea (en streaming o de transferencia directa) en una semana típica, una cifra que aumentó de 45% y 64% respectivamente, apenas seis meses antes. Al mismo tiempo, el porcentaje de hogares considerados ‘cortacables’ – aquellos con internet de alta velocidad pero sin televisión de paga o satelital – está en aumento, especialmente entre quienes consumen entretenimiento en línea”.
Los Millenials, o Generación Y, están aprendiendo a consumir y nunca pagan por televisión, dice John Fetto, analista de Experian.
Netflix y HBO están pensando en el siguiente paso de la televisión. Y lo han dado antes que nadie.
Ya no se trata de una alternativa sino del estándar.
Según un texto publicado por AV Club, el Buró de Publicidad de Televisión por Cable (Cabletelevision Advertising Bureau) admitió que la audiencia en la televisión en vivo se ha reducido diez por ciento anualmente y que los espectadores están abandonando las cadenas abiertas y de paga.
“Un reciente estudio de Nielsen dice que ‘la industria de la televisión estadounidense está entrando a un periodo de caída estructural prolongada’, siendo culpa de los servicios de streaming y/distribución digital. Más aún, una investigación pagada por TiVo muestra que 1.5 millones de estadounidenses están planeando abandonar los sistemas de paga, y otros 2.4 millones buscan cambiar a un paquete de paga más barato. Mientras tanto, los espectadores de Netflix han aumentado 30 por cierto de finales de 2013 a finales de 2014”.
El paso que dio HBO no lo hizo simplemente como una apuesta. Se trata de una decisión lógica, fundamentada en las crecientes tendencias del mercado que apuntan hacia una inevitable fusión entre Internet y Televisión.
El gran reto todavía, es explotar económicamente el medio. Y es un tema delicado. Si usuarios de Netflix se encontraran con spots publicitarios durante el streaming de uno de sus programas, la plataforma perdería su encanto y libertad. Así que esa parte del negocio todavía no está clara. Pero el camino hacia un nuevo medio se ha abierto por completo.
HBO rompió con la televisión por completo. Lenta pero seguramente, el canal que marcó la pauta de la televisión desde los años 90’ a través de los sistemas de paga de todo el mundo, dejará el medio que lo vio nacer y se establecerá a través de otros canales.
El siguiente paso en el entretenimiento está dado. Y Netflix y HBO llevan la ventaja. El futuro del medio está todavía por escribirse pero seguramente llevará los nombres de quienes se atreven a apostar por el cambio.
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