Argylle – Reseña
Salvador Medina
Comenzaré esta reseña confesando algo: no soy muy fan de Matthew Vaughn. O, más específicamente, perdí un poco el rastro de su exitosa carrera después de X-Men: First Class. Dicho esto, Vaughn encontró aquí a un hombre arrepentido que disfrutó Argylle mucho más de lo que esperaba.
Argylle comienza con su personaje titular (Henry Cavill), en un traje ridículo y con un peinado infame. Con seguridad, se acerca a la zona VIP de una discoteca y pide un baile a Lagrange (Dua Lipa), una terrorista. Pero, oh sorpresa, Lagrange sabía que Argylle iba en camino. Al escapar de la emboscada, Argylle se une a Wyatt (John Cena) para capturar a su objetivo. Cuando lo logran descubren que han sido traicionados por su jefe en la división.
Corte a: Elly Conway (Bryce Dallas Howard) leyendo su novela de espías, titulada Argylle, a un grupo de fanáticos. Es el cuarto libro de una saga bestseller. Pero mientras Argylle es seguro de sí mismo, arrogante, dispuesto a todo, para Elly, una noche emocionante se basa en escribir sola en su casa en Colorado junto a su gato Alfie.
Esa noche, Elly envía su manuscrito a su madre que concluiría el nuevo libro de la saga con un cliffhanger. A primera hora, su madre (Catherine O’Hara), le llama para comentarle que no puede terminarlo así. Sus fans esperan un cierre. Pero lo cierto es que Elly está bloqueada. Para ella, escribir un libro requiere meses de investigación. Y, al intentar agregar un último capítulo, simplemente no puede hacerlo.
Es así que decide tomar un tren con su inseparable gato para visitar a sus padres y pensar en un cierre para la historia. En el camino, se topa con un desaliñado Aidan (Sam Rockwell) que resulta estar leyendo su novela. Cuando Aidan la reconoce, Elly se desinteresa de la interacción. Pero pronto, el hombre le confiesa que él es un espía y que está ahí para salvarla.
A partir de ese momento, nada es lo que parece para Elly y no podrá confiar en su sombra. Pero, conforme se desarrolla la acción, Elly va descubriendo que quizás sea la pieza clave en una lucha entre espías a nivel internacional.
Argylle juega todo el tiempo con nuestra percepción, con giros y traiciones como en una película de espías y con el humor exagerado que caracteriza a Vaughn. El producto es una película entretenida, con sorpresas, con plot points bastante obvios pero que, de la mano del estilo de Vaughn, nos regalan un blockbuster divertido.
La ventaja de Vaughn es su extravagancia, su obsesión por llevar todo al absurdo y hacerlo ver lo más recargado posible. El único tema con Argylle es que abusa de esa estética. Hay secuencias completas repletas de un CGI decepcionante que hace a todo lo demás verse barato. Pese a eso, y a un tercer acto eterno que se toma demasiado tiempo en contarle a Elly lo que la audiencia ya sabe.
Uno no va a ver una película con Henry Cavill, Dua Lipa y John Cena para disfrutar de cine de autor. Es obvio que Argylle es una película consciente de su género, que usa sus recursos para crear un lenguaje claro y que transmite perfectamente un guión divertido y lleno de sí mismo. Vayan a ver Argylle conscientes de ello. Y prometo que se la pasarán bien.
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