To Catch a Killer – Reseña
Salvador Medina
El thriller es un género elusivo. Cineastas como David Fincher, Denis Villeneuve y Taylor Sheridan han hecho escuela a partir de sus películas atmosféricas, oscuras, reveladoras, llenas de giros y cambios de trama. Se han elevado a la cima de su medio porque un thriller bien concebido es virtualmente imposible. Es quizás el tipo de película más difícil de escribir y dirigir, es un balance complejo de alcanzar.
Damián Szifron, el director argentino, toma un riesgo con su primera película para Hollywood, coescrita con Jonathan Wakeham. To Catch a Killer (Misántropo) nos coloca en el gélido año nuevo de Baltimore, en medio del downtown, con los fuegos artificiales anunciando el inicio de una larga noche. Entre el ruido de la fiesta y la celebración, se pierden los fríos disparos azarosos hacia distintas multitudes.
Eleanor (Shailene Woodley), una callada pero natural policía, actúa ante el llamado. Cuando descubren el punto de origen de los disparos, en medios de un edificio de departamentos, el departamento explota. Eleanor actúa rápido y con precisión, llamando la atención de Lammark (Ben Mendelsohn), el detective asignado al caso. En la mañana siguiente, el conteo de muertos asciende a más de 20.
Con presión política y mediática, Lammark decide dar la oportunidad a la novata Eleanor y llamar a Jack (Jovan Adepo) para ser su equipo en la ciudad.
Se lanzan entonces una carrera contra el tiempo para descifrar las motivaciones del responsable y actuar antes de que vuelva a apretar el gatillo.
Lo que sigue es metódico en el género: el descubrimiento de pistas, giros, revelaciones, traiciones. Aunque hay momentos genéricos, la destreza de Szifron y las impecables actuaciones de Mendelsohn, Woodley y Adepo, nos impulsan como espectador.
Szifron es impecable en construir una película atmosférica, tangible, bien anclada al suelo. Sobrevive con facilidad al hostil ambiente de Hollywood y logra construir un thriller inteligente y original. Donde falla Misántropo es en el tercer acto.
La resolución se siente más como un accidente, una omisión del trabajo policíaco que como algo que nuestros protagonistas se hayan merecido. Sin embargo, es un thriller bien realizado, con maestría, bien ejecutado y con grandes actuaciones que sin duda hagan que el boleto valga la pena.
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