‘El trabajo de mis sueños’ – Reseña
Salvador Medina
Hay pocas cosas tan emotivas y efectivas como una película coming-of-age bien contada. Hollywood es experto en ello. Es su gran joya de la corona. Ninguna otra industria logra resultados tan efectivos basados en una fórmula clara y efectiva. My Salinger Year (El trabajo de mis sueños) es un reciente egresado de ese género que toca las fibras correctas del espectador.
Margaret Qualley interpreta a Joanna, una joven aspirante a escritora que consigue trabajo en una agencia literaria de Nueva York. Su peculiar jefa Margaret (Sigourney Weaver) la hace seguir una rutina anticuada y especialmente redundante, en particular alrededor su principal cliente: JD Salinger. El elusivo escritor recibe incontables cartas y peticiones que jamás llegarán a sus manos. Es así que Joanna debe responder cada una de ellas.
Poco a poco se acostumbra al trabajo y a lo que implica de ella, pero deja de escribir y se involucra de tiempo completo con la agencia. Pese a ello, las llamadas con Jerome (JD Salinger) son refrescantes y un recordatorio de lo que le espera en su carrera. Además de eso, su novio Don (Douglas Booth) es más un lastre que algo positivo en su vida. Y así, pese a su éxito laboral, Joanna está estancada.
“No quiero ser una rutina”. Pese a que Joanna parece haber desaparecido más y más en su trabajo, algo en ella no la deja olvidar cuál es su verdadero propósito. Existe entre esa indecisión de lo que es seguro y cómo salir de eso para perseguir su sueño.
Contado de una manera cálida e íntima, El trabajo de mis sueños es una interesante y vívida historia de superación. Joanna quiere dejar de sobrevivir y comenzar a vivir. El cheque que representa su labor no le significa mucho: quiere vivir de su sueño y encontrar su propia voz.
Qualley es magnífica como Joanna y su química con Weaver es notable. No se trata de la típica relación jefe-subordinado, sino de algo más rico. Para todos los que hemos estado en esa posición de apostar por uno mismo o seguir en lo seguro, El trabajo de mis sueños nos confronta con esos miedos, aunque sea de manera un poco obvia, pero logra un resultado emocional y notable.
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