‘Irresistible’ – Reseña
Salvador Medina
Las contradicciones y complicaciones de la política estadounidense es un tema que pocos en los medios dominan como Jon Stewart. El exconductor de The Daily Show, el crucial programa que involucró a una generación en el espectro político, ha sido una voz dominante y crítica de ambos lados del pasillo, incluso tras dejar su silla a Trevor Noah y recluirse a su hogar en Nueva Jersey.
Ahora, de regreso en la silla de director, aborda las complejidades de las elecciones y cómo las leyes están hechas para romperse.
Irresistible, escrita por el propio Stewart, sigue a Gary (Steve Carell), un estratega demócrata que descubre lo que podría ser un diamante en bruto. A sus ojos llega el video de Jack Hastings (Chris Cooper), un coronel retirado cuyo discurso en una reunión comunitaria en el estado de Wisconsin le significa una oportunidad: el preparar a un posible candidato demócrata para ganar primero su condado y posteriormente el estado.
En un lugar históricamente conservador, la labor parece imposible. Y cuando Faith (Rose Byrne), una durísima estratega del partido republicano escucha la noticia, se lanza al pueblo para dirigir la campaña del actual alcalde y su contrincante.
Lo que surge es un constante conflicto y tensión entre ambos que expone las falacias de los medios y lo que los partidos son capaces de hacer por llegar al poder.
Sin embargo, Stewart parece pecar de ingenuo cuando quiere educar al espectador o mostrar una moraleja que parece más fruto de otro tipo de película, no de una sátira política cortesía de una de las voces más mordaces de los medios.
Sin embargo el resultado es interesante y entretenido, con una gran química entre Byrne y Carell, pese a una actuación decepcionante de Mackenzie Davis, quien interpreta a la hija de Jack.
Para quienes estamos acostumbrados al nivel de discurso de Stewart, es un producto decepcionante. Para el espectador común, se trata de una comedia discreta pero con sustancia.
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