Financiar el cine o las trampas de los grandes estudios
Salvador Medina
salvador@elhablador.com.mx
Veronica Mars fue una serie de televisión transmitida durante tres temporadas en Estados Unidos a través de los canales UPN y The CW, el antecesor de lo que hoy se conoce como Warner Channel. Creado por Rob Thomas, el show seguía la vida de Veronica Mars, interpretada por Kristen Bell, una estudiante que se dedicaba a resolver los crímenes más extraños en el ficticio pueblo de Neptune, California.
La serie obtuvo buenas reseñas de la crítica durante sus tres temporadas pero tuvo problemas para sostenerse en los ratings. Pese a ello, UPN siempre se mostró complacido con el producto y nunca intentó entrometerse en el proceso creativo.
En 2007, la serie fue cancelada por la falta de audiencia, pese los grandes esfuerzos de su fuerte base de fans por mantenerla viva. Todos los involucrados emigraron hacia otros proyectos, pero siempre se mantuvo la idea de concluir la serie con una película.
Tras años de esfuerzo, Thomas y Bell convencieron a Warner Bros, los dueños de los derechos de transmisión, de buscar financiamiento para una película. El trato fue simple: los fans se encargarían de financiar dos millones de dólares para la producción y Warner Bros Digital Distribution se encargaría de la publicidad y distribución.
A través de redes sociales, Bell y Thomas se encargaron de anunciar a los miles de fans sobre las intenciones de levantar el proyecto. Y es que en los últimos años, sitios como Kickstarter o Indiegogo han permitido que cineastas independientes financien sus filmes a través de campañas en dichas plataformas de cooperación.
El modelo es simple: artistas anuncian su meta de financiamiento, utilizan las redes sociales y diversos medios para dar a conocer la naturaleza de su proyecto y quienes busquen participar, recibirán algo a cambio (pueden ser visitar al set, mercancía, actualizaciones constantes sobre el proyecto, etc.).
En su petición del sitio Kickstarter, Thomas comentó que necesitaban la “bendición y cooperación” de Warner Bros para el experimento, algo que el estudio aprobó pues no tenía nada que perder: si los fans no alcanzaban la meta, Warner no debía invertir nada; si se conseguían los dos millones necesarios, no debía hacerse ninguna inversión extra, simplemente distribuir y publicitar el producto.
Y ahí, Warner tenía todas las de ganar pues la campaña por financiar Veronica Mars fue suficiente para que los medios pusieran atención a lo que habría de realizarse. Y con 4.5 millones recaudados a más de una semana de concluir el financiamiento, el estudio ya logró su cometido. Éste no se restringe al presupuesto conseguido para la película sino a algo todavía más grande: probaron que son capaces de lograr que fans paguen para que se realice un proyecto y ganen mucho millones haciéndolo.
Indiegogo y Kickstarter iniciaron como plataformas para cineastas que no tenían el apoyo de grandes estudios. El hecho de que Warner Bros las haya utilizado y conseguido su objetivo en menos de diez horas, es una bofetada para los miles de artistas que luchan por sus propias obras.
Rob Thomas señaló que “podríamos fallar espectacularmente, pero existe una posibilidad de que revolucionemos la forma en que se hacen proyectos como el nuestro. Ningún proyecto de Kickstarter se ha puesto una meta (económica) tan alta”.
El financiamiento a Veronica Mars no sólo significa que la película que se hará este mismo verano, sino que las grandes empresas quieren un pedazo del medio independiente y de sus formas de financiamiento.
Es verdad, el cine se ha vuelto cada vez más un medio de cooperación en el que las nuevas tecnologías juegan un papel preponderante. Sin embargo, éstas habían servido principalmente para levantar proyectos que de ninguna otra manera hubiera visto la luz. Veronica Mars es una película que su estudio hubiera podido financiar sin ningún problema pero que utilizó la gran expectativa de sus fans para que fuera posible.
Veamos otro aspecto: quienes donan 35 dólares (alrededor de 450 pesos), recibirán una copia digital de la película días después de su estreno. ¿Qué significa esto? Que seguramente todos aquellos que donaron irán primero a las salas y después recibirán la copia para ver en sus computadores. No tiene sentido que alguien donde para que se realice un proyecto de tal magnitud y después no sea el primero en la fila para ver el estreno.
Así, se están cambiando las tendencias de la forma en que se hace cine. Los grandes estudios acaban de encontrar una manera de cobrar a los espectadores por hacer un proyecto y después por verlo. No sólo suena extraño sino mal.
Sugiere Peter Sciretta del sitio Slashfilm que Warner debería regresar el dinero a los usuarios y hacerlo con fondos propios, pues ya se demostró la viabilidad del proyecto, algo que el estudio temía antes de aprobarlo. Pero por otro lado, es posible que esto siente un antecedente para los cineastas independientes también. Una persona con gran empuje artístico, aunado a un proyecto sólido y una campaña fuerte en redes sociales, puede provocar que los artistas dejen de depender de un financiamiento altamente competitivo. Solamente hacen falta iniciativa y visión. Y claro: millones de dólares.
Related Posts
« Christina Hendricks: La chica de abril Nuevo comercial de Victoria’s Secret »