Carta de un aficionado Raider

Mar 20 • Especiales • 12271 Views • Comments Off on Carta de un aficionado Raider

Salvador Medina

salvador@elhablador.com.mx

No sé cuándo empecé a ser aficionado a los Raiders de Oakland, como tampoco recuerdo el día en que me enamoré de los colores del Rebaño Sagrado, o de los Padres de San Diego. Pero lo cierto es que lo soy, todos los días, pese a que en mis casi tres décadas de vida (diablos, estoy viejo) no los he visto ganar un Super Bowl, solamente ser humillados en el juego más importante de la temporada por un equipo cuyo entrenador defendía el plateado y negro de Oakland apenas una temporada antes.

Insisto: no sé cuándo empecé a ser aficionado a los Raiders de Oakland pero lo soy. Y a mucha honra.

Y es que hay razones, de verdad. Poseen una historia que pocos, si es que ningún otro equipo, tienen. Fueron el primer equipo en contratar a un entrenador de raza negra, a un entrenador latino, hicieron de las historias de redención casi una filosofía, hacían todo para ganar (aunque eso significara golpear fuera de tiempo, aprovecharse de las reglas o hacer trampa) y tenían una actitud que intimidadaba a todos los equipos.

Sus máximas estrellas nunca fueron ejemplos a seguir. Ken “The Snake” Stabler, el legendario Quarterback que ganó el primer anillo de la franquicia y cuya exclusión del Salón de la Fama es una travestía para el deporte, era conocido por su vida llena de chicas y alcohol. Cuando llegó al equipo una estrella como Marcus Allen, ganador del trofeo Heisman al mejor jugador a nivel colegial, modelo a seguir dentro y fuera de la cancha, se enfrentó al estigma de no tener la estampa de Raider y nunca fue aceptado al cien por ciento como uno, pese a ganar el MVP en el Super Bowl XVIII.

Al Davis: LeyendaLos Raiders son la franquicia más enigmática de la NFL. Pero la última década ha estado llena de fracasos, malas decisiones, terribles selecciones colegiales y un desfile de entrenadores y jugadores indignos de vestir el mítico uniforme. Muchos culpan de ello al legendario Al Davis, el popular dueño de los Raiders que falleció en 2011 y cuyo legado está directamente relacionado con la existencia de la NFL. Pero hoy en 2013, nada se puede decir sobre Davis y su influencia en el actual estado de la franquicia.

Terminada la temporada 2011, Mark Davis, hijo de Al, entregó las riendas a Reggie McKenzie, un hombre poco probado pero cercano a la familia y con una gran proyección dentro de la liga. Desde entonces, el equipo se ha dedicado a restructurar contratos, refirmar jugadores, seleccionar novatos en el draft y contratar agentes libres. Sin embargo, la perspectiva no es alentadora.

Sí, el primer año era posible culpar a una terrible situación salarial, a jugadores sobrepagados y errores organizacionales. Pero ya no es suficientes ese argumento. Los aficionados lo saben. Las salidas de Darrius Heyward-Bey, Michael Huff, Phillip Wheeler, Desmond Bryant son un síntoma de la incapacidad de la nueva directiva, no de la herencia que recibieron.

Muchos señalan al infame juego de ‘The Tuck Rule‘ como la razón por la que están en el abismo. Escribió Steve Almond, en uno de los textos deportivos más emotivos jamás escritos (aquí el link) que “Los Raiders nunca se recuperaron del shock. No sólo perdieron el juego en tiempo extra; implotaron como franquicia”.Rams at Raiders

Además, la llegada de un grupo de agentes libres con muy poco éxito y menor proyección, provocan un ambiente desalentador entre los aficionados y la prensa, quienes ya vaticinan que los Raiders tendrán la primera selección global el próximo año.

Puede ser que lo que hace Reggie McKenzie esté justificado: una terrible situación salarial y cambios por jugadores mediocres dejaron pocas selecciones colegiales sobre las cuáles reconstruir. Sin embargo, sus aficionados llevamos una década esperando un cambio, no dos años. La actual gerencia parece olvidar que ha pasado bastante tiempo desde que los Raiders perdieron aquel Super Bowl contra los Bucaneros comandados por Jon Gruden, quien había sido su entrenador apenas un año antes.

Se vienen tiempos duros para los aficionados Raiders. La agencia libre ha dejado con huecos enormes a un otrora prometedor y joven equipo. Si los Raiders seleccionan a Geno Smith con la tercera selección global del draft, habrán cavado su tumba y perderán a este fiel aficionado. Esta carta es una simple petición (o súplica, más bien) para que lleguen mejores épocas. Esperemos que no tarden demasiado en llegar. The Autumn Wind is a Raider…

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