El futuro del libro

Mar 6 • Artículos • 4356 Views • Comments Off on El futuro del libro

Salvador Medina
salvador@elhablador.com.mx

El libro electrónico en México es prácticamente inexistente. Su falta de penetración en el mercado es bastante obvia: la falta de acceso a internet de alta velocidad, nuestros bajos índices de lectura, el elevado precio de los dispositivos móviles que permiten el acceso a libros electrónicos.

No existe, además, una cultura sobre las nuevas formas de consumo por internet y parece que habrá de pasar bastante tiempo para que su penetración sea total. El libro electrónico en México no sustituirá a su par físico, sino será más bien un complemento para las nuevas generaciones, además de acelerar la llegada de títulos que tienen un largo viaje hasta los estantes de nuestro país o, que por su elevado precio, no están al alcance del consumidor promedio.

El libro electrónico puede ser una gran alternativa para los nuevos consumidores y una forma de acercar productos culturales a zonas que tienen poco acceso a bibliotecas. Y es que es urgente que México eleve sus niveles de lectura que, según la OCDE y la Unesco, nos colocan en el lugar 107 de 108 países.

Además, el problema no se da únicamente en zonas rurales o de poco acceso:  en 53 años, el número de librerías por millón de habitantes se ha reducido de 45 a 18 en el Distrito Federal.

Por desgracia, el libro electrónico ha tenido un lento andar en nuestro país. Según cifras de la CANIEM, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana , las ventas de libros electrónicos fueron del 0.1 por ciento de las ventas totales; en España, se calcula alrededor del 2.5 por ciento.  Sin embargo, Estados Unidos presenta cifras diferentes.

Según la Asociación Americana de Editoriales (AAP, por sus siglas en inglés), en 2012 por primera vez la venta de libros digitales superó en ganancias a la de los libros de tapa dura y se ha acercado a igualar a las ediciones de bolsillo.

Sin embargo, en México el acceso al libro electrónico avanza lentamente. Las tiendas que en otras países disponen de los derechos de distribución de las obras más importantes de la literatura, no se han establecido en México. Existen entonces, muy pocas maneras de adquirir títulos que tienen disponibilidad inmediata en las librerías a nivel nacional.

Esa cifra no es sorprendente en un país con los medios y recursos de Estados Unidos. Los bajos precios de los títulos y su inmediata disponibilidad, hacen del libro electrónico una lógica opción para los lectores asiduos. La practicidad de guardar en un mismo dispositivo cientos de títulos, es otro gran atractivo de este nuevo recurso. Pero en México, seguimos lejos de aceptarlo.

Quizás, el análisis ha ido Jonas Tanapor lo canales erróneos. No se trata de sustituir completamente al libro. Eso quizás no suceda nunca, como no ocurrió con la radio cuando la televisión se empezó a vender masivamente. Y es que en un ejercicio rápido, podemos ver que la obra Baila, baila, baila del popular autor Haruki Murakami, cuesta 259 pesos en su edición física y 229 pesos en la electrónica.

Así, será difícil que nuevo público se acerque prontamente al libro electrónico. Lo cierto es que la creación de títulos para distribución electrónica habrá de reducir dramáticamente los costos de producción y, por ende, los de venta.

Se debe pues, reconcebir  los procesos de creación literaria y su distribución. Esto beneficiará dramáticamente a los autores, quienes verán una mayor remuneración económica al existir menos obstáculos entre su obra y los lectores y consumidores potenciales.
Ya no se debe pensar en los libros como únicamente el material físico que se adquiere en librerías o bibliotecas. Internet ha permitido que repensemos los medios convencionales a partir de una interacción directa con el usuario o, en este caso, con el lector.

Los románticos del libro no deben asumir que esto es el fin de una era, sino el principio de una nueva. En México, quizás la forma más efectiva a largo plazo de lograr una penetración total es presentarlo a un público nuevo, no a quienes llevan toda una vida consumiendo ejemplares físicos.

El libro electrónico no sólo será una nueva y legítima forma de distribución para autores poco conocidos o principiantes, sino un canal de distribución que pronto llegará a todos los rincones del país a través de internet. Su aceptación no será inmediata pero su impacto tendrá consecuencias a largo plazo.

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