‘La luz del fin del mundo’ – Reseña

Oct 23 • Spoiler Alert • 1952 Views • Comments Off on ‘La luz del fin del mundo’ – Reseña

Salvador Medina

La luz del fin del mundo (Light of my life) debe luchar contra el auge de recientes películas con temáticas y tonos similares. Desde la adaptación de The Road, basada en la brillante novela de Cormac McCarthy, obras similares han buscado explorar el vínculo entre padres e hijos en el contexto del fin del mundo. De ahí que la película de Casey Affleck, escrita, dirigida y protagonizada por él mismo, parece una especie de diálogo o introspección tras las acusaciones en su contra.

Affleck, señalado por varias mujeres de conductas inapropiadas, se retrajo de la vida pública y el trabajo en Hollywood tras ganar el Óscar para reflexionar sobre su actitud, aparentemente. Es así que su obra se siente pertinente e importante, en un mundo donde el papel de la mujer es cada vez más cuestionado por quienes mantener el status quo.

En La luz del fin del mundo, Affleck imagina un mundo en el que las mujeres fueron prácticamente erradicadas de la tierra por un virus. Caleb (Affleck) debe cuidar de su hija Rag (Anna Pniowsky), alejándola de la sobreviviente civilización dominada por hombres. Haciéndola pasar como su hijo, vistiendo ropa masculina y usando pelo corto, Rag tiene ya memorizado lo que debe hacer en caso de encontrarse a alguien. Pero el instinto por conectar con las personas y vivir fuera de la sombra de su padre, los llega a meter en problemas.

Lo más interesante en la relación entre padre e hija es que se da en el contexto de la creciente feminidad de Rag, algo que cada vez puede ocultar menos. Ella cuestiona todo lo que su padre le dice, no sólo por cuestión de rebeldía sino por mera curiosidad. Las interacciones de Rag con otras personas han sido prácticamente inexistentes, y es inevitable que la tensión entre ambos crezca. Lo peligroso de ello, sin embargo, es que hay demasiado en juego.

Aunque Affleck había dirigido el infame falso documental I’m Still Here, La luz del fin del mundo es su primer esfuerzo en la ficción. Con destreza y notable seguridad, Affleck logra superar los lugares comunes del género para contar una historia intensa y personal.

Se trata de un director sensible a lo que quiere contar, que no abusa de recursos visuales, sino que goza en la intimidad, en la dinámica entre los dos personajes en pantalla. Affleck parece hablarse sin pudor y con honestidad, exponiendo al mundo como es: un infierno para las mujeres, algo de lo que ha sido parte.

Elisabeth Moss, que aparece en esporádicas escenas como la mamá de Rag a manera de flashback, es como siempre destacadísima. Pero sus intervenciones sirven principalmente para dar mayor peso a la responsabilidad que cae en Caleb, y lo que implica mantener a salvo a Rag.

La luz del fin del mundo se siente como una película vital en el contexto actual, un poderoso retrato y reconocimiento de lo que los hombres han hecho contra las mujeres, y el mundo que nos espera si seguimos en el mismo camino.

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