‘Máquinas Mortales’ – Reseña

Dec 28 • Spoiler Alert • 2304 Views • Comments Off on ‘Máquinas Mortales’ – Reseña

Salvador Medina

Máquinas Mortales (Mortal Engines) no es una propiedad intelectual que garantice taquilla, pero lo cierto es que el nombre de Peter Jackson como productor de lo que puede ser una potencial franquicia, es suficiente para generar una sólida expectativa.

Fue quizás Jackson quien convenció al estudio de dar la responsabilidad como director a Christian Rivers, quien está a cargo de su primera producción y quien anteriormente se había desempeñado en los departamentos de arte y efectos visuales.

Y en eso, Máquinas Mortales es impecable: hay un mundo coherente, visualmente distinto y sobre todo, atractivo. Logra distinguirse de películas del genero YA (Young Adult) que juegan con un mundo distópico. Aquí hay vida, hay personalidades, no sólo oscuridad como sucede en otras producciones.

Y en ese mundo, conocemos a la misteriosa Hester Shaw (Hera Hilmar), buscada por el gobierno y con sed de venganza. En el mundo de Hester, las ciudades se han hecho móviles en busca de los pocos recursos naturales. Y es que, situada mil años en el futuro, la trama se desarrolla cuando la corteza del mundo se ha desplazado debido a una guerra considerable.

Estas ciudades depredadoras recogen todo lo que encuentran en el suelo, y buscan vieja tecnología humana que les permita construir nuevas armas.

Una de las personas a cargo de recuperar los viejos tesoros, es Tom (Robert Sheehan), quien trabaja en el museo de Londres, cuando llega a la ciudad Hester. Tras encontrar a Thaddeus Valentine (Hugo Weaving), Hester está a punto de culminar su venganza, cuando Tom se interpone en el camino. Pese a lograr acuchillar a Thaddeus, debe huir de la ciudad antes que sea demasiado tarde. Pero Tom se lanza en una persecusión tras ella para descubrir sus intenciones.

Hester se lanza de la ciudad antes que Tom llegue por ella. Pero antes de hacerlo le asegura que Thaddeus asesinó a su madre. Cuando Thaddeus alcanza a Tom y éste le cuenta la confesión de Hester, lo lanza por la borda. Así, Hester y Tom dependerán del otro para sobrevivir en tierras peligrosas.

Comencemos con lo positivo: Es una película con carácter. Ella es fenomenal, tanto en casting como en configuración de su personaje. El arte y los efectos visuales son sorprendentes, particularmente en una época en la que los cineastas se cuelgan demasiado ellos para enaltecer una historia.

Ahora… con todo lo demás. Máquinas Mortales parece un híbrido de todas las películas destacadas del género y aun así, se queda corta. Parece una mezcla light entre The Matrix y Star Wars. Se parece tanto a Star Wars que un plot point trascendental le copia a un momento icónico a la primera entrega

Es extraño ver que un productor de la talla de Peter Jackson no haya tomado la decisión de dejar ciertas líneas narrativas en la sala de edición que no contribuyen a nada en la historia. En este afán de sentar las bases para una posible franquicia, hay demasiadas tramas paralelas. Y en este desastre, de la nada, aparece un antagonista que tiene todas las características de un villano de película de terror.

Y ahora, lo peor: el casting de Robert Sheehan como Tom. No sólo el peinado inexplicable que se siente más de un miembro de boy band de los 90′, sino que su actuación y, por ende, su personaje, se presentan como débiles. Se trata de un personaje ancla bastante débil, que provoca que la “química” entre él y Hester sea forzada.

Con Jackson al frente, quizás Máquinas Mortales hubiese sido un esfuerzo más memorable. Pero en lugar que se consolide como una potencial franquicia, es simplemente una película “palomera”. Y de eso no se crean franquicias.

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