Reseña: 50/50
Salvador Medina
salvador@elhablador.com.mx
Los críticos de cine por lo general se equivocan en cada temporada de premios. Ha sucedido con la falta de nominaciones o reconocimientos a películas de extraordinaria calidad. Sucedió con ‘The Dark Knight‘, ‘The Aviator‘, ‘The 25th Hour‘, ‘Inception‘ y se repitió ahora con ‘Drive‘ y ‘50/50‘. Y ante el inminente estreno de una de las mejores películas del 2011 y dolorosamente olvidada, El Hablador ha decidido hacer honor a la nueva película de Joseph Gordon-Levitt y Seth Rogen.
Esta extraordinaria película, dirigida por una de las grande promesas de Hollywood, Jonathan Levine, es una de las grandes olvidadas por el Óscar y los Globos de Oro. El guión de Will Reiser, basado en una historia real, resultó en una de las películas más frescas, inteligentes y conmovedoras de la temporada. Con un cast de talento joven e interesante, 50/50 es una gran sorpresa en una cartelera carente de ellas.
Adam (Joseph Gordon-Levitt) lleva una vida relativamente tranquila, adormecido por su trabajo y una relación sin provecho alguno. Cuando descubre que tiene cáncer, comienza a cuestionar qué es lo que realmente importa. Y Kyle (Seth Rogen), su mejor amigo, se asegura de sacar lo mejor de la situación, no sólo para Adam sino para él mismo.
Además, su interacción con una joven y poco capacitada psicóloga lo coloca en una posición incómoda pero que al final será provechosa para él.
Sobra decir que 50/50 es lo que los gringos llaman una coming of age story pero vale más la pena por su frescura, originalidad e interpretaciones que por su innovación. Además, el trabajo de Gordon-Levitt es digno de reconocimiento: es impactante, tangible y completamente relacionable. Que haya sido ignorado en la categoría de Mejor Actor no es una sorpresa pero sí un atropello.
La labor de Seth Rogen es también digna de resaltar. Pese a que lo conocimos como un comediante gordo cuyo pasatiempo favorito es drogarse, Rogen ha madurado. Aunque su papel no tiene tanto peso dramático, su nivel como actor ha subido y complementa muy bien a Gordon-Levitt.
En una nota personal, puedo decir que odio a Anna Kendrick. Me parece una actriz bastante mediocre y es tan poco memorable como ‘Up in the Air‘ y todo lo que salió de ella. Sin embargo, lo hace tan bién en esta ocasión que le daremos otra oportunidad.
Sin profundizar mucho, por aquello de los spoilers, 50/50 es una película redonda, de la que muchos cineastas contemporáneos podrían aprender. Sin duda, la mejor opción actualmente en la cartelera de nuestro país.
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