Lo que nos dejó el mago
Omally Repper @gatoarrrabalero
Un niño francés, hijo de 2 migrantes argelinos juega pateando piedras medianas que él mismo eligió. Su juego es muy sencillo, las patea contra la pared, en la que antes pintó un rectángulo imperfecto. Su nombre es Zinedine y es uno de los futbolistas más fantásticos que he visto.
Zidane estaba llamado a ser campeón de todo, pero eso no lo trae a nuestra charla.
En el 2006 guió a su selección a una segunda final del mundo, eliminando a Brasil en cuartos de final, jugando quizás el mejor partido de su vida. 15 días después se presentaría en el Estadio Olímpico de Berlín para enfrentar a Italia.
Fue un juego cerrado, el niño de origen argelino pateó su piedra favorita a un rectángulo perfecto para marcar el gol de Francia y mandar el juego a tiempos extras.
Nuestro tema llegó aquí…
Materazzi, un feroz defensa italiano se acercó a Zidane y le dijo que una noche antes la había pasado con su hermana.
Zinedine lo dejó todo, no le importó la copa, el estadio, la tv o el dinero. Recordó las reglas de la banqueta y del llano: “si te metes con mi hermana te rompo la madre” así que hizo estrellar su cabeza en el pecho del italiano.
El árbitro lo vio todo, echó al 10 francés, Italia ganó la copa, pero ese día Zidane, le recordó al mundo que el futbol, juéguese donde se juegue y sin importar lo que esté en juego, es de la banqueta, del llano, de la calle, del pueblo. Esa noche el mago francés nos devolvió el juego.
Related Posts
« ‘Una Razón Para Vivir’ – Reseña La cultura sexista en los medios »